Con lágrimas en los ojos y la voz entrecortada, David Hodgson recuerda a su esposa Ramona quién fue una de las más de 3 mil víctimas fatales del deslave del volcán Casita, la tragedia ocurrió el 30 de octubre del año 1998 en el municipio de Posoltega, localizado en el departamento de Chinandega en el Occidente de Nicaragua.

«Mi esposa y yo estábamos en la casa, de repente escuchamos el estruendo, salimos al patio, mi esposa no sobrevivió fue arrastrada por el alud, pero yo sé que ella está con el Señor, yo estoy vivo de puro milagro, me parece que fue ayer eso terrible«, precisó Hodgson.

Alexander Reyes perdió a su papá en el deslave, cree que las muertes se pudieron evitar, no obstante, asegura que la negligencia del Gobierno de la época acentuó la tragedia causada por el huracán Mitch en Nicaragua.

«Siempre voy a recordar a mi padre como un hombre ejemplar, cada año venimos aquí a darle gracias a Dios por la vida, creo que el presidente de ese entonces era inhumano ya que dijo que la alcaldesa estaba loca cuando pidió ayuda para evacuar a la gente» apuntó Reyes.

Pasados 23 años del deslave, las autoridades de Posoltega y resto de Nicaragua aseguran estar mejor preparadas para prevenir desastres naturales «gracias a Dios hoy en nuestro país tenemos un sistema nacional que previene y atienda a la población ante cualquier emergencia, hacemos ejercicios de protección de la vida y estamos siempre para atender a los más necesitados» refirió José Tercero Vicealcalde de Posoltega.

Cada 30 de octubre centenares de familiares de las víctimas del deslave, visitan el Parque Memorial Casita, para recordar a sus deudos, este año se plantaron más de 3 mil árboles en memoria de los fallecidos.

Además del Parque Memorial, las familias posolteganas colocan ofrendas florales en los sitios dónde quedaron sepultadas por el alud miles de víctimas de una tragedia que se pudo evitar.

Periodista: Pablo López