Quien más quien menos temía que la ausencia de Benzema, sin discusión el mejor futbolista del Madrid desde agosto (de 2019), complicaría el partido en el Martínez Valero. No ocurrió porque Vinicius asumió los galones que reclama con juego, desequilibrio y, además, goles. El doblete del 20, reivindicándose tras su ausencia en la lista de Brasil, festejó Halloween mostrando lo bien que le sienta el disfraz de estrella y selló la victoria blanca frente a un Elche que pagó carísimos sus errores.

Vini capitalizó la victoria, cierto, pero tuvo un socio inesperado. Los entrenadores pueden salir ante la Prensa y enviar mensajes a sus jugadores. Y puede completar la lección con sus convocatorias y sus onces. Eden Hazard no sólo sabe ya que si está a disgusto puede marcharse, sino que tiene a cinco futbolistas por delante, o sea, mucho terreno por recuperar. Sin Benzema, Ancelotti eligió a Mariano, y cuando se lesionó Rodrygo, metió a Asensio.

Después de meses sin participar, el delantero aportó para poner al Madrid por delante. Porque se anticipaba un partido muy similar al de Osasuna, con el Elche aplicado en las tareas defensivas, que fiaba el premio mayor a los Lucas, Pérez y Boyé, dos puntas batalladores y autosuficientes. Uno de esos encuentros de difícil digestión. Pues en un error en la salida de Mojica, Mariano recibió en posición de nueve, tocó de tacón a la primera y Vinicius completó el primer tanto. Decisivo.

Salvo en el marcador, el primer tiempo resultó equilibrado. Sobre todo, porque el Madrid, después del gol, metió la pelota en la nevera para no cometer errores. No hubo cambios en el descanso, ni siquiera el preventivo para evitar riesgo al jugador amonestado. Lo hizo Ancelotti con Camavinga, pero no lo hizo Escribá con Raúl Guti. Dos acciones para cortar la contra, ambas ante Kroos, le costaron la doble amarilla, emborronando su buen partido en todos los sectores.

Fuente: Diario Marca