Cuba está bajo la influencia de una nube de polvo del Sahara, cuyo avance sobre el mar Caribe, unido a dispersa nubosidad alta, mantiene el cielo blanquecino en la capital cubana y otras zonas.

Tal situación, que suele ocurrir en esta época de año en el área caribeña, en América Central, el sudeste de Estados Unidos y Europa occidental, fue informada por el Instituto de Meteorología de la isla.

De acuerdo con el meteorólogo cubano José Rubiera, las gigantescas tormentas de arena ocurridas en la zona central del gran desierto del Sahara, situada a poco más de siete mil kilómetros al este del mar Caribe, comienzan a partir de marzo y abril, tienen su mayor expresión en junio y julio, a veces llegan hasta agosto y, en menor medida, a septiembre.

Realmente no se trata de nubes, abundó, sino de áreas de concentración de polvo, denominadas nubes de polvo del Sáhara.

Entonces, puntualizó, rodeado de un aire muy seco, de un 30 por ciento de humedad relativa o menos, este es impulsado por las corrientes de viento e inicia su viaje por el océano Atlántico Tropical y el Caribe, y llega muchas veces hasta América Central, el golfo de México, el sudeste de Estados Unidos o el nordeste de México.

Fuente: Prensa Latina