Para enfrentar los efectos del cambio climático, pequeños y medianos agricultores de Nicaragua aprenden técnicas como el cultivo en sistemas silvopastoriles y plantaciones multiestratos, estos métodos garantizan la producción de alimentos, frutas y hortalizas sin dañar los bosques.

Las nuevas tecnologías son facilitadas por especialistas del Instituto Nicaragüense de Tecnología Agropecuaria (INTA), a familias campesinas procedentes del llamado corredor seco.

Además de los nuevos métodos de siembre, los pequeños productores aprenden a usar bioinsumos a base de estiércol de animales, hojas de árboles y desperdicios orgánicos como ceniza, estos elementos permiten repeler insectos y evitan plagas en los cultivos.

Periodista: Pablo López