Moscú no acepta usar la crisis migratoria para ampliar sanciones de la UE a Minsk
Rusia considera inaceptables los intentos de la UE de usar la crisis migratoria en la frontera polaco-bielorrusa para ampliar las sanciones contra Bielorrusia, declaró en una rueda de prensa la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova.
«Consideramos inaceptable convertir los problemas migratorios en un pretexto para aprobar nuevas sanciones contra Bielorrusia y contra otros países», dijo la diplomática.
Horas antes el diputado del Sejm (Cámara Baja del Parlamento polaco) Janusz Kowalski propuso, en el contexto de la crisis migratoria en la frontera con Bielorrusia, imponer sanciones no solo contra Minsk, sino además contra Moscú.
Por su parte, el ministro del Interior y Administración, Mariusz Kaminski, declaró que el Gobierno de Polonia aumentará el 11 de noviembre hasta 2.000 el número de sus agentes del orden en la frontera con Bielorrusia, sacudida por la crisis migratoria.
«Mientras asistan a la Marcha de la Independencia, recuerden que los agentes de Policía, que mantienen la seguridad de la ruta, después del evento se dirigirán enseguida a nuestra frontera en el este: 700 policías antidisturbios y 100 policías antiterroristas se unirán a 1.200 colegas suyos de la Policía que están prestando su apoyo a la Guardia Fronteriza polaca», escribió Kaminski en su cuenta de Twitter.
Intentos de responsabilizar a Minsk
Además, Zajárova declaró que Moscú se opone a los intentos de culpar a Bielorrusia de la crisis migratoria en sus fronteras con la Unión Europea.
La crisis actual tiene su origen en la injerencia de Occidente en los asuntos de países de Oriente Medio y África del Norte, así como en el fracaso de la operación estadounidense en Afganistán, prosiguió la diplomática.
La portavoz también recordó que Bielorrusia propuso celebrar consultas sobre la crisis migratoria actual.
«Durante nuestros contactos con la Unión Europea llamábamos la atención de nuestros socios de la UE a esta iniciativa de Minsk y tratábamos de convencer a representantes de la UE (…) de aprovechar esta propuesta para resolver los problemas emergentes e inminentes que se convierten en una crisis», explicó Zajárova.
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Desde el 8 de noviembre, cientos de migrantes irregulares intentan cruzar la frontera entre Bielorrusia y Polonia. De acuerdo con las autoridades polacas, más de 3.000 inmigrantes indocumentados se encuentran en la frontera.
Polonia, Letonia y Lituania, puerta de entrada nororiental a la UE para migrantes que huyen de conflictos armados y penurias económicas, han denunciado en los últimos meses un aumento de presión sobre sus fronteras externas, con miles de cruces ilegales registrados en lo que va de año.
Bruselas acusa al presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, de utilizar a los migrantes irregulares como arma para un ataque híbrido que busca desestabilizar la UE.
El líder bielorruso, hostigado por las sanciones de Occidente, tras su polémica reelección en agosto de 2020 y la represión de las protestas que siguieron al supuesto fraude en las urnas, advirtió que Minsk no tiene «ni dinero ni fuerza» para contener el flujo migratorio.