Don Pedro Alemán, desde niño labora en el campo, sus inicios fueron duros, trabajaba en los cultivos y cuidos de propiedades, sin embargo, sus sueños de llegar a superarse se empezaron a cumplir hace 15 años, que dejo su trabajo permanente para emprender en su pequeña parcela.

«Crecí en el campo y hace 15 años laboraba como mozo en una finca, pero mi sueño siempre fue surgir y dedicarme a trabajar mi tierra, hoy he creído y soy un generador de empleo», detalló Alemán.

Su experiencia en el campo lo ha llevado a prosperar con la producción de frijoles, arroz, frutas, entre otros cultivos, sin embargo la crianza de cerdos ha sido su principal negocio para la prosperidad.

«Comercializó el cerdo en pie y elaboramos junto a mi esposa nacatamales, con este negocio nuestras vidas han cambiado de gran manera y hemos crecido a tal punto de llegar hacer una microempresa», dice orgullo Alemán

«Estamos casado desde hace 30 años y ya tenemos 20 años de estar dedicándonos a la venta de cerdo y elaborar nacatamales, que tienen gran demanda por su inigualable sabor», aseguró Concepción López Nicoya, esposa de Pedro Alemán.

Este matrimonio asegura que la base para su desarrollo ha sido la unidad familiar, tiene cuatro hijos y el trabajo en equipo ha sido la base esencial para hoy verlos todos unos profesionales.

«Soy un hombre que toda la vida me ha dedicado al campo y con mucho esfuerzo he sacado adelante a mis cuatro hijos uno es ingeniero, mis otras hijas son enfermera y maestra», dijo en tono orgulloso Don Pedro.

«Mi otra hija trabaja con nosotros en la elaboración de los nacatamales y todos unidos en familia, vamos saliendo adelante», dijo López Nicoya.

Y ese trabajo familiar, en el campo y la comercialización de cerdos hoy es generador de empleos, pues también esta familia todos los fines de semana elaboran deliciosos nacatamales.

«Gracias a este trabajo con mis padres puedo mantener a mi hija, antes trabaja en otro lugar, pero como ahora tengo una hija estoy aquí junto a ellos promoviendo nuestra pequeña empresa», indicó Jessenia Nicoya, hija de don Pedro y Concepción.

«Gracias a este trabajo puedo pagar mis estudios y gracias a mis tíos que me mantienen fijo mi trabajo», aseguró Kevin Jiménez, sobrino de don Pedro y Concepción.

Esta familia originaria del municipio de la Paz Carazo, tiene fijadas sus metas futuras, entre ellas está la innovación tecnología, pues entre sus planes esta la fabricación de su propio chocolate, gracias a las capacitaciones y acompañamiento que les brindad el Ministerio de la Economía Familiar (Mefcca).

Periodista: Jonathan Rivera