Brasil  en la final de la Copa América. Por escudo o por calidad individual, está claro que por planteamiento no, pero el combinado de Tite, vigente campeón, defenderá título después de superar a Perú, que dejó mucha mejor imagen que la canarinha pero que no pudo sacar nada positivo (1-0).

Engañó Brasil durante el primer tiempo. Tite decidió cambiar esquema y, a pesar de la sanción de Gabriel Jesus, decidió dejar en el banquillo a Firmino, recuperando el 4-3-3, y pareció acertar. Ayudó el asustadizo esquema de Gareca, que dejó demasiado solo a Lapadula en punta y sufrió atrás.

Empezó Neymar, canalizador de toda la ofensiva de su equipo, con una clara ocasión, pero volvió a estar mejor de asistente. En concreto de Paquetá, que marcó por segundo partido consecutivo tras una delicattessen en el área, quebrando a dos rivales el del PSG y cediendo para su compatriota, que no perdonó (35’).

Lo que podría haber continuado siendo un festival ofensivo, pasó a ser posesiones largas, rácanas y cero pegada. Nada que ver con Perú. Tuvo más el balón y generó peligro. En botas de Lapadula y Raziel, que obligaron a Ederson a lucirse. Mientras, del otro lado del campo, carreras que no iban a ningún sitio. Bueno, corrijo, que llevaban a pérdidas en contragolpes que mantenían al equipo algo partido.

La actitud de Perú no fue suficiente. No lo pasó mal Brasil (aunque cerca pudo estar) y se quedó defendiendo su ventaja sin ninguna ocasión de peligro en toda la segunda mitad, algo de lo que ya viene acostumbrando la canarinha en esta Copa América, que ahora tiene solo a un partido de llevarse al bolsillo.

Fuente: Mundo Deportivo