La actriz Megan Fox ha seguido el camino de otras afamadas mujeres para compartir lo que le ocurre, y quiso hablar públicamente al confesarle a la edición británica de ‘GQ Style’ sobre su problema de dismorfia corporal.

Según los expertos, esta enfermedad es un trastorno obsesivo que consiste en una preocupación fuera de lo normal por algún defecto, ya sea real o imaginado, percibido en las características físicas propias, autoimagen.

Si bien no es la primera ocasión en la que Megan habla de ciertos problemas de salud mental que está sufriendo. En el año 2019, confesó para un medio de espectáculo cómo le afectó haberse sentido sexualizada durante años por los medios de comunicación y la industria del cine.

Varios medios han expresado, que el término dismorfia se ha vuelto bastante popular, sobre todo con la llegada de las redes, existiendo dos tipos diferentes, dismorfia facial y corporal en las que los defectos más pequeños o imperceptibles se vuelven toda una fijación que va más allá de lo normal.

Periodista: Samatha Molina