A principios de este mes de octubre, el cantante británico Liam Payne recibió una dura sanción por conducir a una velocidad superior a la permitida por las calles de Londres. El que fuera vocalista de One Direction circulaba con su vehículo ,un Ford Ranger valorado en 35.000 libras esterlinas, a 43 millas por hora en una zona limitada, como quedó registrado por las cámaras de seguridad vial.

El tribunal que lo ha juzgado no ha tenido compasión con él: le ha condenado a pagar una multa de 293 libras, asimismo le ha retirado su permiso de conducir por un período de seis meses.

El veto se explica con su condición de infractor reincidente, según informa el diario The Sun, por lo que de poco le sirvieron las excusas que ofreció ante la corte de magistrados de Lavender Hill. «No era consciente de ese límite de velocidad, y me disculpo sinceramente por sobrepasarlo», expreso en la declaración que presentó por escrito.

El intérprete, de 30 años, ha evitado pronunciarse públicamente sobre lo ocurrido

Esta semana ha reaparecido en la capital británica, en un evento junto a su novia, Kate Cassidy, pero ha ignorado con el rostro muy serio a los reporteros que han querido preguntarle directamente sobre su nuevo encontronazo con la justicia.

El astro del pop no atraviesa precisamente su mejor racha, ya que el pasado mes de septiembre, Payne tuvo que ser ingresado de urgencia en un hospital de Milán tras contraer una grave infección durante sus vacaciones en el lago de las que disfrutaba con su pareja.

Solo unos días antes, el propio artista informaba a sus seguidores sobre esos inesperados problemas de salud, pero no esperaba que fueran a acentuarse hasta ese extremo.

Su madre, expresaba la incertidumbre y preocupación que la invadían en esos días tan angustiosos. «Es terrible que tenga que estar tan lejos. Es una situación terrible. Sólo esperamos que se encuentre en el mejor lugar posible«, afirmaba al periódico Daily Mail.

Fuente: Yahoo Noticias