El Real Madrid pudo celebrar con su gente un título. Y la verdad es que nadie esperaba semejante respuesta, pero todo ayudó. El equipo ganó la Liga en su estadio, era media tarde de un día festivo, hacía buen tiempo y solo había que poner rumbo a la Plaza de la Cibeles después de vivir la primera fiesta en el césped del Bernabéu.

Y lo cierto es que el fiestón nada tuvo que envidiar al de las grandes noches de Champions, a la Décima, sin ir más lejos, o la última Copa de Europa, la Decimotercera. Y es que se calcula que al menos unas 250.000 personas se agolparon en la Plaza de la Cibeles a la espera de la llegada del equipo, que lo hizo puntual, a las 20.30 horas, tras bajar por el Paseo de la Castellana escoltado por la Policía a caballo y los aficionados que les iban haciendo pasiilo.

El momento cumbre llegó cuando Marcelo se subió hasta la Diosa para ponerle la bufanda del Real Madrid. De nuevo, un grito que ya se había escuchado en la fiesta en el Bernabéu. «Sí se puede», era el grito de guerra a la espera de que llegue la cita del miércoles ante el City.

Fuente: Marca