De acuerdo con el organismo, el despegue de la nave tuvo lugar a las 10:37, hora local, desde el Centro Espacial Tanegashima, Kagoshima, pero fue destruido casi 15 minutos después cuando uno de los motores de la segunda etapa no se encendió.
El artefacto estaba equipado con el satélite óptico avanzado “DAICHI-3” (ALOS-3) que, según JAXA, era imposible colocar en la órbita especificada tras el incidente.
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Este dispositivo se utilizaría como una herramienta clave para el Gobierno nipón en la gestión de desastres gracias a sus capacidades de capturar imágenes únicas de resolución mejorada.
Llevaba además un sensor gestionado por el Ministerio de Defensa capaz de detectar lanzamientos de misiles balísticos, cuya efectividad sería probada, reseñó la agencia Kyodo.
Los restos del cohete cayeron en aguas profundas frente a las costas de Filipinas y la agencia nipona especificó que no tiene intenciones de recuperarlos.
El presidente de JAXA, Hiroshi Yamakawa, dijo en conferencia de prensa que lamentaba profundamente el fracaso de la operación y pidió disculpas a todos los involucrados con el satélite a bordo, la comunidad local y el público en general por incumplir con sus expectativas.
“Adoptar medidas contra el fracaso supondrá una carga adicional en términos de tiempo y coste, pero creo que el reto es garantizar la competitividad internacional desde una perspectiva integral, no sólo en términos de precio, sino también de fiabilidad y facilidad de uso”, sentenció.
El pasado 17 de febrero hubo un intento fallido de enviar al espacio este mismo cohete H3, pero la maniobra se detuvo por un mal funcionamiento del equipo eléctrico.
Fuente: Prensa Latina