La ganadora de 23 torneos individuales de Grand Slam ha difundido un vídeo aplicándose la sustancia y asegurando que le ha funcionado para sanar unas quemaduras.

foto: Serena Williams / Diario AS

Nada hay como abrazar la maternidad cuando una pasa las horas acunando la idea de traer a la vida un pequeño ser. Serena Williams lo experimentó por segunda vez junto a su marido, el fundador de Reddit, Alexis Ohanian, el pasado mes de agosto, cuando dio la bienvenida al mundo a una pequeña niña llamada Adira River, hermana de Alexis Olympia. Parece que una ola de alegría ha inundado gozosamente su vida, hasta el punto de aventurarse a probar cosas nuevas.

Una de estas incursiones hacia lo desconocido la ha llevado a cabo con su propia leche materna. Williams, una de las jugadoras de tenis más laureadas de todos los tiempos, ha reconocido que el empleo de esta sustancia le ha ayudado a tratarse la piel. Lo ha hecho a través de TikTok, donde ha iniciado el vídeo en cuestión con una pregunta para allanar el terreno: “vale, ¿esto es totalmente extraño?”.

“Si funciona para el bebé…”

La deportista de 42 años ha confesado a sus más de 1′6 millones de seguidores en la red social que este remedio, que goza de una lejana antigüedad, se presentó como una solución tras percibir unas quemaduras bajo sus ojos que le estaban provocando dolor.

En dicha publicación aparece echándose un par de gotas de su propia leche de lactancia tras contrastar mejores resultados: “tengo que decir que después de una semana de usar MI leche materna debajo del ojo, ¡funcionó! Me muero por escuchar tus pensamientos. Se amable jajaja”.

Según ella misma relata en el vídeo de 46 segundos, todo lo que había escuchado acerca de la leche materna en los procesos de curación le llevó a indagar y a “probar durante una semana” para “ver cómo salía”, ya que “si funciona para el bebé…”. Además, la ganadora de 23 campeonatos individuales de Grand Slam ha enfatizado que no hay problema de cantidad porque “tiene mucha” leche de lactancia y que está dispuesta a usarla. Eso sí: de las quemaduras, ni rastro.

  • Fuente: Diario AS