La necesidad de sobrevivir económicamente llevó a dos mujeres a crear un negocio de compra y venta de chatarra. Después de 16 años son el sustento de su hogar y contribuyen a la no contaminación del medio ambiente.

Una de ellas es doña Mayra Morales, socia mayoritaria del Centro de Acopio Morales; trabajo digno que aprendió desde la edad de 16 años y ahora con 59, es una de las grandes proveedoras de chatarra para la exportación.

«Comenzamos desde cero y decidimos trabajar en compra y venta de materiales (para reciclar) fuimos creciendo, compramos una pesa y luego obtuvimos una más grande y alquilamos un local más grande y aquí continuamos», dijo.

A los 43 años de edad se separó del padre de sus hijos y como madre luchó contra la discriminación por ser mujer y hoy en día es el sustento de su hogar.

«Es difícil ser madre soltera, pero no hay que rendirse; se puede salir adelante y si hay que caer y levantarnos de nuevo, pues nos «sacudimos» e iniciamos algo. Si no te da una cosa, te tiene que dar la otra», comentó.

Esta madre cuenta que se ha capacitado para obtener el permiso de la Alcaldía y operar, documentos legales de la Dirección General de Ingresos (DGI) y el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (Marena).

«Nos han dado folletos de medio ambiente, nos han dado capacitaciones sobre los contaminantes, como manipularlos y prevenir la contaminación en nuestros trabajadores«, enfatizó.

Actualmente emplea a 14 personas entre ellas dos féminas. Estos son los encargados de recepcionar y seleccionar los materiales que son trasladados en contenedores para exportación, materiales muy demandados por China continental.

Actualmente, ocho contenedores de 20 toneladas cada uno preparan semanalmente y ser entregados a los exportadores.

La meta de estas mujeres es convertirse en exportadoras directas de estos materiales, que para muchos son basura y para otros dinero.

Periodista: Nerys Bonilla