¿A quién no le gusta el pollo jugoso, crujiente y aromático? No obstante, cualquier método de cocción tiene sus propios beneficios y desventajas. Aquí te contamos algunos secretos del pollo asado.

Si bien a la hora de cocinarlo en casa es más fácil controlar qué especias o condimentos quieres agregar, los expertos en nutrición advierten que algunas marcas lo venden salado, ¡así que ten cuidado con los ingredientes! En algunos casos, la cantidad de sodio puede alcanzar los 279 miligramos por 85 gramos, algo que equivale al 19% del límite diario.

En comparación con el pollo frito, el pollo asado o rostizado tiene menos grasa, por lo que puede considerarse una opción perfecta para quienes llevan una dieta saludable. Al mismo tiempo, es igual de rico en proteínas, vitaminas y minerales.

Sin embargo, si compras pollo asado en un supermercado, tienes que saber que casi todos los productores le inyectan una solución que hace la carne más tierna. El problema es que puede contener grandes cantidades de azúcar. Y en algunos casos, tiene sustancias como el glutamato monosódico o colorantes.

Si bien el pollo es un alimento dietético, es necesario tener en cuenta que tiene casi 90 miligramos de colesterol por cada 100 gramos si lo consumes con piel.

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Fuente: Mundo Sputnik