El Cerdito Crujiente es otra forma exquisita de degustar la carne porcina. Christian Burgos, emprendió hace un año el negocio de servicios de alimentos y bebidas, donde la especialidad de la casa es el cerdo al horno y crujiente.

“No es frito, sino al horno. La parte de la corteza es crujiente por eso lleva el nombre de cerdito crujiente, pero después las otras tres capas de carne del cerdo son jugosa y tierna” dijo Cristian Burgos.

El corte con el que preparan el cerdito crujiente es de calidad de exportación, lo acompañan con gallo pinto, tortilla, malanga y yuca. “Tenemos un gallo pinto que es bien especial, es bien sabroso. Lo hacemos con el jugo de la bandeja recolectora del horno. No usamos aceite comercial, usamos la manteca del cerdo que ya es una carne condimentada”, explicó Burgos.

A los comensales les encanta esta opción que se vende en diferentes presentaciones: el servicio personal y por libra. “El servicio personal cuesta 160 córdobas, para un corte de calidad de exportación es un precio muy favorable. Tenemos un vigirón especial que, es el vigorón tradicional que conocemos, pero con el chicharrón de carne o el cerrito crujiente este te cuesta 165 córdobas. Y tenemos la presentación por libra que lleva cuatro tortillas, cebollitas picantes y limón que cuesta 390 córdobas”.

Burgos desmitificó que la carne de cerdo eleve los niveles del colesterol. El dueño de este emprendimiento lo inició en Monseñor Lezcano, pero desde hace cinco meses cambió de lugar y le está yendo mucho mejor.

El lugar está abierto de miércoles a domingo desde las 7 y 30 de la mañana y ubica a 150 metros al sur del Parque Nacional de Ferias, sobre la pista San Isidro de Bolas. También ofrece servicio a domicilios y se puede localizar a través de las redes sociales.

Periodista: Celia Méndez