En la sala de prensa del King Fahd Stadium de Riad, en Arabia Saudí, Luka Modric dejó una frase que hizo sonreír a todos los aficionados del Real Madrid y a los propios miembros del club: «Estoy disfrutando del fútbol como nunca y mi idea es seguir en el Real Madrid. Ni dos minutos he tardado en arreglar yo mis renovaciones«. Luka decía esto con el trofeo MVP de la Supercopa a su lado, tras haber aniquilado al Athletic con un golazo y una nueva lección de fútbol.

La pregunta de hasta dónde llegará Modric no la puede contestar ni el propio Modric, al que de vez en cuando le resulta inevitable mirar de reojo el DNI, sobre todo cuando llega el invierno y le toca afrontar el tramo final de la temporada… y una nueva renovación. A sus 36 años, ya sabe, le toca ir año a año, aunque su fútbol y su físico inviten a firmarle un contrato por seis temporadas, como el primero que rubricó hace 10 años. Es política de club ir temporada a temporada y a Modric ya no le importa demasiado.

Modric ha llegado en plenitud a los 36 porque sigue un método de trabajo ejemplar. Aconsejado por la gente del club, su gente de confianza en Croacia y sus preparadores personales, funciona como un reloj.

No es habitual ver a un centrocampista brillar como lo hace Modric a los 36 años, siendo los porteros y los delanteros centros los jugadores con más longevidad en el mundo del fútbol. Modric es la excepción, portando el 10 del Real Madrid a la edad a la que Xavi e Iniesta, por citar a dos de los centrocampistas más brillantes que ha dado el fútbol últimamente, ya se habían ido a ligas menores.

Luka Modric ya lleva 24 partidos disputados esta temporada, estando presente en cada cita importante del equipo blanco. Nunca se cae del once por decisión técnica y apenas rota por motivos físicos. En plenitud, es uno de los jugadores más fiables por calidad y rendimiento para Carlo Ancelotti, que no ha dudado en asegurar que Modric es hoy mucho mejor jugador que en 2014.

Fuente: Mundo Sputnik