13 de enero de 2019. El Real Madrid se mide al Betis y Karim Benzema se retira tras lesionarse la mano después de un choque con Marc Bartra. Desde entonces, el delantero juega con la mano vendada, mucho más por necesidad que por superstición, si bien es cierto que, curiosidades del fútbol, sus mejores años le han llegado con este vendaje que ya le distingue en cada partido.

Tras lesionarse, la primera noticia es que Karim será baja hasta dos meses si pasa por el quirófano para arreglar la fractura del dedo. El jugador, decide esperar al final de temporada para no dejar al equipo sin su 9. Solari confirma que el galo podrá jugar con esta lesión. En ese tiempo el vendaje es más aparatoso porque hay que proteger bien la zona recién fracturada

La operación sale bien, pero requiere de dos meses de reposo. Pero el calendario no lo permite, el jugador se incorpora al grupo antes de lo previsto para no perderse partidos y sufre un golpe que le vuelve a dañar el dedo. La temporada arranca con Karim con ese mismo vendaje y con una operación que al final no ha solucionado el problema pero que ha pasado desapercibida.

Desde entonces, el francés no ha encontrado el momento de parar y volver a pasar por el quirófano. Pero las pocas veces que el francés ha dejado su mano al descubierto se ha apreciado el estado de su dedo meñique, muy torcido, por lo que se ve obligado a protegerse en cada partido para evitar que sufra una nueva fractura.

Karim tendrá que arreglar algún día su maltrecho dedo meñique, pero no parece tener prisa y motivos no le faltan, sobre todo si es supersticioso. Pero ese vendaje ya es historia del madridismo y del fútbol, como aquella cinta blanca en la cabeza de Camacho, la rodillera de Chendo o la escayola en la muñeca del rojiblanco Leal.

Fuente: Diario Marca