El Barcelona volvió a fallar y sumó un insuficiente empate en Pamplona ante Osasuna, que evitó su victoria en la recta final de un partido muy disputado gracias al gol tardío de Ávila, con un excepcional disparo desde fuera del área que rozó Araújo y sorprendió a Ter Stegen para colocar el deprimente 2-2 para un equipo de Xavi que sigue sin despegar.

Disfrutaba de una sufrida victoria hasta entonces el Barcelona gracias a un golazo de Abde al comienzo de la segunda mitad, un golazo que llegó inmediatamente después de una mano involuntaria de Busquets en área propia cuando desvió sin querer un rechace de su compañero Gavi.

La mano del capitán azulgrana, evidente e indiscutible, no la consideró punible el árbitro por estar pegada al cuerpo, al margen de ser de un balón despejado por un propio compañero, y dio paso 14 segundos después al golazo del delantero marroquí, el futbolista más destacado de su equipo en ataque, provocando peligro en cada internada por banda y redondeó de esta manera, con su primer gol en el primer equipo, una tarde para el recuerdo.

Para el recuerdo quedará también el 0-1 que significó de la misma manera el primer gol de Nico… Y no demasiadas cosas más en cuanto a un Barça que pasó por muchos problemas, apenas nunca impuso su teórica superioridad y tuvo que arremangarse y pelear, más que brillar, ante el empuje del conjunto rojillo.

Salió con determinación el Barça al partido y después de dos intentonas de Osasuna logró avanzarse en el marcador gracias a una excelente asistencia de Gavi que remachó Nico, entrando desde atrás y quedándose solo frente a Herrera. Parecía hecho lo más difícil cuando apenas dos minutos después un error monumental en el marcaje de la zaga a un centro lateral permitió a David García rematar con toda comodidad y superar a Ter Stegen, muy lento en la reacción.

Alcanzó con trabajo el descanso con ventaja el Barça y apenas comenzar la segunda mitad, a los seis minutos, llegó la jugada polémica con la mano de Busquets y posterior golazo de Abde, que dio paso a un partido nuevo, con Osasuna lanzado en ataque sin rubor y el Barça, otra vez, intentando contemporizar, queriendo combinar, pero sin encontrar nunca el tono.

Otra vez muy apagado Frenkie de Jong y fatigado Nico, la recta final del choque se aventuraba como un sufrimiento físico para el equipo catalán, intentando mantener el tipo frente al empuje de un Osasuna… Que acabó encontrando el premio a los 87 minutos con el golazo del Chimy Avila que significó el empate y una nueva depresión para el Barça, ya no solo incapaz de enlazar dos victorias en el campeonato… Si no cada vez más alejado de los puestos europeos.