Un equipo internacional dirigido por científicos chinos descubrió la mayor nube atómica del universo, un hallazgo sorprendente que podría ayudar a los investigadores a comprender mejor los orígenes de las galaxias.
La nube, formada por átomos de hidrógeno, mide unos 2 millones de años luz de diámetro y es 20 veces mayor que la Vía Láctea. Se estima que se formó hace 1 mil millones de años.
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Astrónomos de China, Europa y Estados Unidos descubrieron la nube después de apuntar el radiotelescopio esférico ultrapotente de 500 metros de apertura (FAST), el mayor radiotelescopio de un solo plato del mundo, en dirección a un grupo de galaxias conocido como el Quinteto de Stephan.
«Desde su descubrimiento, hace 145 años, el Quinteto de Stephan ha sido estudiado exhaustivamente por varios telescopios terrestres y espaciales», afirmó el autor principal, Xu Cong, de los Observatorios Astronómicos Nacionales de la Academia China de Ciencias en Pekín.
El equipo de Xu quería utilizar la sensibilidad sin parangón de FAST para comprender mejor cómo interactuaban las galaxias entre sí cuando se juntaron por primera vez como grupo. Para ello, buscaron átomos de hidrógeno en la zona del Quinteto de Stephan.
Los átomos producen una emisión especial que puede revelar información sobre acontecimientos ocurridos hace mucho tiempo. Fue una tarea difícil debido a las débiles señales de los átomos y a la gran área observada, pero el receptor bien sintonizado de FAST y la gigantesca antena parabólica, del tamaño de 30 campos de fútbol, lo hicieron posible, comunicó Xu en una entrevista.
Los investigadores se sorprendieron al ver surgir de los datos una estructura gaseosa gigantesca. Era al menos dos veces más grande y un orden de magnitud menos densa que cualquier nube atómica descubierta anteriormente.
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La ubicación de la nube también es inusual, ya que está relativamente lejos del corazón del Quinteto de Stephan. La mayoría de los átomos de hidrógeno se encuentran dentro o cerca de una galaxia, ya que son los componentes básicos de esas galaxias y se combinan constantemente bajo la gravedad para formar moléculas y estrellas. De hecho, la colosal nube ha estado allí probablemente durante 1 mil millones de años, apuntó Xu Cong.
«Nos preguntamos por qué sigue existiendo, ya que el gas atómico de baja densidad debería haber sido destruido por la radiación ultravioleta del fondo cósmico, según las teorías actuales», comentó el científico.
El hallazgo podría significar que otras estructuras gaseosas masivas acechan en otros lugares del universo y solo pueden ser observadas por potentes radiotelescopios como el FAST. Su inesperado descubrimiento apoyará las simulaciones numéricas para explicar cómo se formó el Quinteto de Stephan e inspirará futuras observaciones para comprender mejor el origen de las galaxias y otros cuerpos celestes, concluyó Xu.
Fuente: Sputnik Mundo