Caminar es uno de los ejercicios más populares del mundo y, por mucho, el más recurrente en Estados Unidos. Esto se debe a una buena razón: es sencillo, accesible y eficaz. Caminar con regularidad reduce el riesgo de padecer muchos problemas de salud, como ansiedad, depresión, diabetes y algunos tipos de cáncer.
Caminar es uno de los ejercicios más populares del mundo y, por mucho, el más recurrente en Estados Unidos. Esto se debe a una buena razón: es sencillo, accesible y eficaz. Caminar con regularidad reduce el riesgo de padecer muchos problemas de salud, como ansiedad, depresión, diabetes y algunos tipos de cáncer.
- Te puede interesar: ¿Adicción a las redes? El ejercicio simple para detectar si hay un consumo problemático de las plataformas
Sin embargo, según Alyssa Olenick, fisióloga del ejercicio e investigadora posdoctoral en el laboratorio de metabolismo energético del Campus Médico Anschutz de la Universidad de Colorado, una vez que tu cuerpo se acostumbra a caminar, es posible que quieras acelerar el ritmo.
Si podés convertir parte de tu caminata en una carrera, obtendrás varios de los beneficios físicos y mentales en mucho menos tiempo. Pero, ¿hasta qué punto es mejor correr? ¿Y cómo podés pasar de caminar a correr?
¿Por qué hace bien caminar?
Al considerar los beneficios para la salud de una actividad como caminar o correr, hay dos factores relacionados que hay que tener en cuenta. Uno es el efecto del entrenamiento en tu condición física; es decir, que hace que el corazón y los pulmones funcionen mejor. El segundo es el resultado positivo final: ¿te ayuda a vivir más?
El criterio de referencia para evaluar la condición física es el VO₂ máx., una medida de la cantidad de oxígeno que utiliza el cuerpo cuando se realiza un ejercicio intenso. Según Allison Zielinski, cardióloga deportiva del Instituto Cardiovascular Bluhm de la Facultad de Medicina de la Universidad Northwestern, también es un buen indicador de la esperanza de vida.
Según un estudio realizado en 2021, en el que participaron 2000 hombres y mujeres de mediana edad, incluso la actividad más mínima —como caminar lento a lo largo del día— sirve para mejorar el VO₂ máx. en comparación con permanecer totalmente sedentario. Pero los mayores beneficios se obtienen cuando se empieza a caminar más deprisa, lo que aumenta la frecuencia cardiaca y respiratoria.
Si el esfuerzo que realizás es lo suficientemente intenso como para que aún puedas hablar, pero no cantar, has pasado de la actividad física ligera a la moderada. Los estudios sugieren que la actividad moderada fortalece el corazón y crea nuevas mitocondrias, que producen combustible para los músculos, explicó Olenick.
¿Por qué correr es aún mejor?
Entonces, ¿en qué se diferencia correr de caminar? Para empezar, es más eficiente, afirma Duck-chul Lee, profesor de Epidemiología de la actividad física de la Universidad Estatal de Iowa.
Paso 4: intentá correr sin intervalos
- Cada una o dos semanas, aumentá los intervalos de carrera y disminuí el tiempo de caminata, hasta que ya no necesites hacer intervalos para correr.
Antes que nada, consultá a tu médico si tomás medicamentos para una enfermedad cardíaca u otra afección crónica o si tenés síntomas como dolor en el pecho, dijo Zielinski. Es posible que tengas que someterte a una prueba de esfuerzo u otro tipo de evaluación antes de que te autoricen realizar una actividad vigorosa.
Los que no pueden correr (o no quieren hacerlo) pueden aumentar la intensidad de otras maneras, dice Olenick. Por ejemplo, añadí algunas cuestas a tu ruta de senderismo y acelerá el ritmo al subirlas. Podés saltar en una cama elástica o probar un entrenamiento HIIT, en tierra o en la piscina.
Lo mejor es mezclar y combinar: caminar a paso ligero u otro ejercicio de intensidad moderada algunos días, entrenamientos vigorosos, otros, dar más pasos los días en los que no puedas hacer una rutina de ejercicios.
“Hacé un poquito de todo” cada semana si podés, dijo Olenick. “Todo suma”.
Fuente/ Yahoo! Noticias