Los jefes de Estado de las naciones que forman parte del ALBA-TCP, se reunieron de forma virtual, en la décimo segunda reunión extraordinaria de esta iniciativa regional.

En ella, el copresidente de Nicaragua, Daniel Ortega, recordó la historia de su país; destacando que Estados Unidos ya tuvo un presidente en tierras pinoleras: el presidente norteamericano William Walker, en 1856; quien representaba los intereses de los invasores y que, encontró resistencia en la dignidad de los nicaragüenses en la batalla de la Hacienda San Jacinto.

Ahí, los combatientes nicaragüenses defendían la patria. Como decía Darío: ‘Si la patria es pequeña, uno grande la sueña’. Estaban defendiendo la patria y derrotando en esa batalla a los invasores. En ella cayó el coronel yankee y, en esa misma batalla, el coronel Andrés Castro, que se encontraba atrincherado en una muralla de piedra de la hacienda. Al no tener en ese momento suficiente munición(porque su fusil era de una sola carga y debía recargar tiro a tiro), vio que un yankee iba encima de él, tomó una piedra y se la lanzó«, recordó el copresidente.

Ortega resaltó que «este hito de valentía ha quedado en la historia, para la dignidad y el orgullo de Nicaragua: esa piedra lanzada contra el yankee”.

Daniel Ortega también recordó que, en su huida, los filibusteros de Walker incendiaron Granada y dejaron un rótulo en la entrada que decía: “Aquí fue Granada”, considerando que con esta defensa se logró que Nicaragua recuperara su independencia y soberanía.

Además, mencionó la revolución liberal del general José Santos Zelaya, quien puso sobre la mesa la construcción del canal interoceánico en respuesta a la búsqueda de los norteamericanos de una ruta marítima para conectar la costa este con la oeste de Estados Unidos. Estos utilizaban el Río San Juan, el Gran Lago y carretas que atravesaban el istmo de Rivas para llevar a los viajeros hasta las costas del Pacífico.

Atropellados de Estados Unidos

Ante esta realidad, Zelaya promovió el canal en Europa, lo que originó la exigencia norteamericana de que dejara el poder, enviando su marina hasta Nicaragua, donde encontraron resistencia por parte de las fuerzas que representaba el general Benjamín Zeledón.

Y cuando Benjamín Zeledón se encontraba sitiado en Coyotepe, a 30 km de Managua, llegó un mensajero a decirle que se rindiera, y la respuesta de Zeledón fue realmente extraordinaria. Como diría después Sandino: ‘¡Yo no me vendo ni me rindo!’. Siguió el combate y Zeledón fue asesinado el 4 de octubre de 1912. Luego, pasearon su cadáver por los pueblos para atemorizar a la gente. Sandino, que era un niño cuando vio pasar el cuerpo de Zeledón, se indignó”, afirmó Ortega, haciendo referencia al inicio de la lucha del General Sandino con su pequeño ejército defensor de la soberanía nacional y a la forma en que fue asesinado de manera cobarde, tras ser invitado a una cena en la casa presidencial en 1934.

Ortega aseguró que no puede dejar de recordar esas batallas porque la historia sigue siendo la misma. Afirmó que el Ku Klux Klan sigue vigente en Washington y que, aunque a veces parecen actuar con diplomacia, siempre juegan con la dignidad de los pueblos.

Criticó la política del expresidente Obama, quien mejoró las relaciones con Cuba pero atacó a Venezuela, además de hacer jaulas para los migrantes y se vendía como el presidente bueno, pero a criterio de Ortega, son los mismos.

Conciencia y la dignidad de los pueblos

Unos son como Obama, otros actúan diciendo y amenazando públicamente. Esa es la historia de nuestros pueblos, esa es la realidad que tenemos que enfrentar. Pero no se trata de enfrentarla con armas; no tenemos armas atómicas. Si las tuviéramos… El que tiene armas atómicas ya está protegido. Pero tenemos un arma más poderosa que el arma atómica: la conciencia y la dignidad de nuestros pueblos”, puntualizó el copresidente Ortega.

Daniel Ortega también recordó al presidente de Venezuela, Hugo Chávez Frías, y los proyectos que impulsó junto al comandante Fidel Castro en beneficio de otras naciones, como Nicaragua, usando la paz y la generosidad como herramientas, tal como en esta reunión del ALBA, donde se demanda el respeto a los derechos humanos de los migrantes.

De la misma manera, Ortega aseguró estar de acuerdo con la agenda de concertación de posiciones comunes en espacios multilaterales, el tratado de comercio de los pueblos, el acuerdo del ALBA en cuanto a la cooperación agrícola y el avance en el relacionamiento con otros organismos regionales. Además, dijo que es necesario llevar los proyectos del ALBA a todos los países miembros y a otros que deseen incorporarse a esta iniciativa.

El mandatario culminó expresando su solidaridad con los pueblos y ciudadanos que están siendo atropellados por la política antiinmigrante de Estados Unidos, donde se les acusa de ser delincuentes y narcotraficantes sin pruebas, juicio ni sentencia.

Simplemente los descalifican de la manera más brutal y los expulsan de ese territorio, expresamos nuestra solidaridad con los migrantes que están siendo desalojados de Estados Unidos”, afirmó. También manifestó su esperanza de que esa actitud, que se ha exacerbado, desaparezca, valorando el aporte económico y productivo de los migrantes en Estados Unidos.

Periodista: Héctor Calero