Los altos niveles de violencia e inseguridad que vive Ecuador afectan el reinicio de las clases en la región de la Costa del país suramericano, donde hace días empezó el año lectivo, pero los estudiantes que no se incorporaron.
Según medios locales, cientos de familias no enviaron a sus hijos a las clases en centros educativos ubicados en zonas de las provincias de Guayas, Esmeraldas, Manabí y El Oro, por temor a la delincuencia, el narcotráfico, el sicariato y el accionar de las bandas organizadas.
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La lista más larga de barrios considerados muy peligrosos la presenta la ciudad de Guayaquil. La Policía Nacional dispuso, desde el lunes pasado, que 169 planteles docentes ubicados en los barrios más peligrosos del litoral ecuatoriano reciban custodia, para lo que se destinó un total de 1.172 agentes.
Esto responde al plan Escuelas Seguras, impulsado por los ministerios del Interior y Educación, mediante el cual la Policía se moviliza en motos y patrullas, mayormente, en las horas de entrada y salida a los centros educativos.
Además, se monitorean los planteles desde el Sistema Integrado ECU-911. Para ello se dispone de ocho salas operativas en la Costa y Galápagos, 1.572 funcionarios y 901 cámaras en los alrededores de las escuelas.
Por su parte, el presidente de la Unión Nacional de Educadores en Guayas, Hilario Beltrán, cuestionó el plan; pues advirtió que los patrullajes no se cumplen en su totalidad. Además, aseguró que a los docentes y padres de familia les preocupa que los educandos sean captados por organizaciones criminales para consumo y venta de drogas.
La pasada semana, el funcionario declaró que las unidades docentes en la Costa de Ecuador han sido las más afectadas por el invierno y el sismo del 18 de marzo último; por lo que algunos estudiantes no podrán retornar a clases debido a la escasez de recursos para una modalidad a distancia o virtual.
Fuente: teleSUR