Brasil tiene a 1,9 millones de niños y adolescentes, de cinco a 17 años, en situación de trabajo infantil, según publicó hoy el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), con datos que cubren hasta 2022.
Tal cifra representa un 4,9 por ciento de este grupo de edad (38,3 millones). De 2016 a 2019, el número de niños y adolescentes trabajando ilegalmente en el gigante sudamericano cayó de 2,1 millones a 1,8 millones, pasando de 5,2 a 4,5 por ciento, pero presentó una curva ascendente el año pasado.
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Las estadísticas indican además que, entre 2019 y 2022, la población de cinco a 17 años disminuyó un 1,4 por ciento, a diferencia de la estimación de trabajo infantil, que en el mismo período aumentó un siete.
Por otra parte, de enero a abril, Brasil rescató a 702 niños del flagelo y los casos crecieron un 16 por ciento en 2022.
Según la fuente, la incidencia del trabajo infantil aumenta con el avance de la edad. Solo el año pasado, entre niños y adolescentes, un 23,9 por ciento (449 mil) tenía de cinco a 13 años.
Un 23,6 por ciento (444 mil) registraba 14 y 15 años, y 52,5 (988 mil) 16 y 17.
En cuanto a sexo, la mayoría de los niños y adolescentes bajo esa condición son hombres (65,1 por ciento), seguido por un 34,9 del sexo femenino.
Tratándose de remuneración, el valor recibido por niñas es de 639 (127 dólares) y los niños cerca de 757 reales (151 dólares).
Por raza, la proporción es de 66,3 por ciento de negros y mestizos trabajando informalmente, y 33 de blancos.
Cerca del 76,6 por ciento de los adolescentes, de 16 y 17 años, que laboran están en la informalidad, el equivalente a 810 mil trabajadores infantiles en ese sector.
Ese fue el mayor porcentaje de informalidad entre ese grupo desde el inicio de la serie histórica, en 2016.
Otro dato alarmante es la jornada laboral, que se concentra en los grupos de edad más elevadas. El IBGE apunta que, entre los adolescentes de 16 a 17 años en situación de trabajo infantil, un 32,4 por ciento lo hace durante 40 horas o más por semana, casi el tiempo estándar definido por la legislación brasileña para adultos (44 horas).
Por su parte, en niños y jóvenes de cinco a 13 años, más del 80 por ciento enfrentan ese mercado hasta 14 horas semanales.
En el caso de los adolescentes de 14 y 15 años, un 39 por ciento labora 14 horas semanales.
La legislación brasileña define que toda forma de faena laboral realizada por niños y adolescentes por debajo de la edad mínima permitida, 16 años, es delito. Además, la condición de aprendiz se permite a partir de los 14 años.
Fuente: Prensa Latina