El Met Gala consigue reunir cada año a celebridades de todos los ámbitos imaginables del mundo del entretenimiento, porque nadie rechaza una invitación de la mismísima Anna Wintour, pero la gran sorpresa ha sido ver a Demi Lovato entre los asistentes.

La estrella pop se ha mostrado muy dura con el evento que se celebra cada primer lunes de mayo. A ella le bastó con acudir en sólo una ocasión para decidir que se trataba de una auténtica feria de las vanidades de la que no quería formar parte, y no se calló su opinión.

Demi realizó su debut en 2016 vestida de Moschino. Ya aquella misma noche quedó claro que la estrella se sentía fuera de su elemento. Aunque cumplió con la tradición casi obligatoria de publicar fotografías de su atuendo en las redes sociales, lo hizo acompañándolas de los hashtags #estonoesparamí y #bastanteincómodo. También bromeó con que había sido su primera gala, y probablemente sería también la última.

Dos años más tarde confesó en una entrevista a Billboard que la velada había resultado una auténtica pesadilla, se había topado con otra estrella muy famosa que se encargó de hacerla sentir miserable al comportarse de una forma tan horrible que sólo podía describirla usando una palabra malsonante.

Demi lo pasó tan mal que le entraron ganas de volver a beber y fue directamente del evento a una reunión de alcohólicos anónimos: «Me cambié de ropa, pero seguía llevando los diamantes que me pusieron para la alfombra roja. Millones de dólares en diamantes, en una reunión de alcohólicos anónimos. Y me identifiqué más con las personas sin hogar que estaban allí, que luchaban contra los mismos problemas que yo, que con la gente de la gala del Met, que era falsa y se arrastraba ante la industria de la moda».

Hasta ahora se daba por hecho que Anna Wintour, la editora de Vogue que organiza la gala, la había vetado para toda la eternidad tras leer sus declaraciones. Sin embargo, ahí estaba Demi ayer por la noche, posando en las escaleras del museo metropolitano con un vestido plateado de Prabal Gurung adornado con aplicaciones de flores para ajustarse a la temática de la noche: «El jardín del tiempo». Y una vez más, llevaba también una pequeña fortuna colgada del cuello en forma de un collar de diamantes de 64 quilates de la marca de De Beers.

Fuente: Yahoo Noticias