El Real Madrid, que llegaba de sufrir un varapalo en el clásico antes del parón de las selecciones, sobrevivió al acoso del Celta en Balaídos gracias a dos tantos desde el punto de penalti marcados por el francés Karim Benzema, que falló otro.

La victoria, tremendamente sufrida y polémica por la concesión de las penas máximas, permite al conjunto blanco asentar su proyecto hacia el título ante el acoso de sus perseguidores. Aunque su ventaja es amplia, un tropiezo podría haber tenido una importancia notable.

El inicio fue enérgico. El Celta le quitó la pelota al Real Madrid. Su plan, con el compás de Beltrán, amarró al líder. Movió la pelota con velocidad, presionó para evitar la salida madridista. Con menos de diez minutos, avisó con un tiro de Aspas y una volea lejana de Beltrán. Minutos después, Denis Suárez probó con un disparo centrado a Courtois, la figura determinante de su equipo.

El Real Madrid tardó en sacudirse el dominio celeste. Con Carlo Ancelotti en casa por covid-19, esperó replegado para salir con velocidad. Su idea fue contragolpear. Esa fue su dinamita: Benzema cabeceó en el área pequeña un centro de Lucas Vázquez, Vini Jr. no culminó ante Dituro una jugada de tiralíneas.

Con el Celta bien posicionado, y controlado el encuentro, llegó un error infantil de Nolito: perdió la pelota cerca de su área y al tratar de recuperarla derribó a Militao. Fue el primer penalti de la tarde. Benzema no falló el regalo de Nolito.

Ese gol liberó de presión al Real Madrid, más desahogado, más acomodado a su planteamiento de replegarse para contraatacar. Tuvo en esos momentos más espacios en Balaídos. Pero el Celta insistió. Aspas rozó el empate con un lanzamiento de falta, un tiro preciso que, volando con el brazo estirado, concluyó con un soberbio paradón de Courtois

La segunda parte abrió con varias llegadas del Real Madrid, oportunidades flojas de Modric y Asensio. Fue una ilusión engañosa. Siguió el Celta con un planteamiento más ofensivo. Su fórmula: posesión de la pelota, velocidad en el pase, movimientos verticales. Los centrocampistas se asociaron y el trío Aspas-Javi Galán-Nolito finalizó con gol una gran jugada combinativa. Aspas abrió para la banda izquierda de Galán, este centró y Nolito marcó el empate a bocajarro.

El Celta tuvo personalidad. No modificó su plan. Mantuvo su presión sobre un líder por momentos descompuesto. Aspas volvió a estar próximo al gol con una falta lateral, un balón que paseó por el área sin que nadie lo cazase.

Y llegó entonces el protagonismo arbitral de Gonzalo Fuertes. Pitó penalti en el minuto 62, por derribo de Murillo a Rodrygo. Dituro le paró el disparo a Benzema. Volvió a pitar otra pena máxima en el 67 por derribo de Kevin a Mendy. Benzema marcó esta vez, el gol de la victoria.

Fuente: ESPN Deportes