Las manifestaciones en Martinica continúan creciendo, desafiando la prohibición impuesta por el gobierno francés. El prefecto Jean-Christophe Bouvier, autoridad colonial en la isla, declaró la prohibición de «manifestaciones y concentraciones» en Fort-de-France y Le Lamentin, en un intento de controlar el descontento popular relacionado con la carestía de la vida.

Los ciudadanos, liderados por la Agrupación por la Protección de los Pueblos y Recursos Afrocaribeños (RPPRAC), exigen una equiparación de precios entre Martinica y la Francia continental, donde los costos de los alimentos son un 40% más bajos. La negativa de los supermercados a atender estas demandas ha intensificado las acciones de protesta, incluyendo bloqueos y otras medidas directas.

La detención de Rodrigue Petitot, uno de los líderes del movimiento, desató una huelga de estibadores exigiendo su liberación. Esta acción provocó un aumento en la tensión y la violencia, reflejada en la quema de vehículos y ataques a comercios. Hasta ahora, se han reportado heridas de bala en al menos 11 policías y tres manifestantes, y numerosas detenciones.

A pesar de las respuestas del Gobierno francés, que incluyen una propuesta de reducción del 20% en el precio de 2 mil 500 productos básicos, los manifestantes consideran estas medidas insuficientes y ofensivas.

El movimiento de protesta en Martinica se suma a otros similares en territorios bajo dominio francés, como Kanaky (Nueva Caledonia), donde también han surgido enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad. Este contexto resalta la creciente insatisfacción de las comunidades con respecto a la gestión colonial y la desigualdad económica en la región.

Fuente: teleSUR