Aunque cada semana pasan por la órbita de la Tierra decenas de objetos espaciales, pronto habrá un acercamiento de un asteroide de 700 metros llamado “destructor de planetas”.
En el verano de 2004, los astrónomos del Observatorio Nacional de Kitt Peak, en Estados Unidos, estudiando el cielo en busca de objetos cercanos a la Tierra, vieron un asteroide. No fue nada destacable con el tamaño de unos cientos de metros y una distancia de unos 170 millones de kilómetros. Hubo muchos más como él, por lo que fue olvidado y redescubierto en diciembre por los australianos.
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Esta vez el objeto fue observado por numerosos observatorios, lo que permitió calcular su órbita. Resultó que estaba acercándose a la Tierra, pues tiene una distancia interorbital pequeña (0,002 unidades astronómicas). Según los cálculos, el 13 de abril de 2029 se acercará mucho a la Tierra con una probabilidad de colisión del 3,3%. «Es el asteroide más peligroso que se conoce. Todo el mundo estaba asustado», recuerda su descubridor, Farbrizio Bernardi. Fue entonces cuando el objeto, con el número 99942, recibió el nombre de Apofis en honor de la antigua deidad egipcia, la serpiente destructora.
En el momento de máxima convergencia, la distancia se reducirá a seis radios terrestres: 38.000 kilómetros, lo cual equivale a la órbita de los satélites geoestacionarios. En el cielo se verá como una estrella brillante.
Los científicos temen que la órbita de Apofis cambie y la próxima vez se choque contra la Tierra.
Cada vez más cerca para estudiarlo
Los astrónomos están esperando a que Apofis se acerque para estudiarlo mejor. Para ello enviarán una estación automática llamada OSIRIS-REx. Tras regresar del asteroide Bennu en septiembre, le quedará combustible suficiente para maniobrar. Los instrumentos de la estación son capaces de determinar la composición mineral, buscar agua, compuestos orgánicos e identificar cualquier material de origen externo en la superficie, incluidas las emisiones de partículas. También es posible estudiar el efecto Yarovsky: la aceleración de un asteroide bajo la influencia del calor solar.
Los científicos rusos también tienen previsto enviar el observatorio espacial Spektr-RG a Apofis una vez finalizada su misión principal en el punto de Lagrange L2. El Spektr-RG es capaz de acercarse a Apofis a cualquier distancia y luego volver a la posición inicial. Observarlo de cerca ayudará, en particular, a esclarecer su masa, que al igual que su diámetro es solo una aproximación.
No sabemos cómo retirar el asteroide de la órbita, pero disponemos de los medios de destrucción, afirma Nikolái Zhelezhnov. Tendremos que lanzar un misil con una cabeza nuclear. En ese caso, un enjambre de pequeños escombros caería sobre la Tierra.
Fuente: Sputnik