Especialistas internacionales siguieron de cerca su trayectoria para calcular la zona de caída, puesto que los fragmentos más grandes de los cohetes pueden no desintegrarse al entrar a la atmósfera y acabar impactando en la Tierra, con los peligros que ello supone.
Los restos del cohete chino Long March 5B, que entraron en la atmósfera terrestre este sábado, cayeron en aguas del océano Índico, según lo confirmó el Comando Espacial de EE.UU.
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Mientras se aproximaba a la superficie terrestre, el Long March 5B, lanzado el 24 de julio de 2022 para entregar el módulo experimental Wentian a la Estación Espacial Tiangong de China, se rompió en varias partes. Desde la Agencia Espacial Tripulada de China compartieron las coordenadas de su reingreso y señalaron que la mayoría de los fragmentos se quemaron sobre el océano Pacífico, en la zona del mar de Sulu.
Sin embargo, y debido a que generalmente los fragmentos más grandes no se desintegran en la atmósfera terrestre, especialistas internacionales siguieron de cerca su trayectoria para calcular el área de caída. Como posibles áreas donde podría tener lugar el impacto se contemplaban zonas de América, el Sudeste Asiático y los océanos Pacífico, Atlántico e Índico.
Días antes de su descontrolado reingreso a la Tierra no se sabía con exactitud en qué lugar podría caer el Long March 5B, y su posición se mantuvo monitoreada. En este contexto, Bill Nelson, administrador de la NASA, criticó ayer a Pekín por no compartir «información de la trayectoria específica» de su artefacto, con el fin de predecir oportunamente y con exactitud el «riesgo potencial de impacto» de los desechos. Aseguró que cohetes tan grandes como ese, que pesa unas 23 toneladas, siempre representan un «riesgo significativo» para la población y los bienes materiales.
Fuente: RT en Español