Los pequeños y medianos productores no registran daños en los cultivos , aseguran que las recientes lluvias son bendición de Dios, además el uso de semillas resistentes a climas extremos evita afectaciones.

En el caso de los cultivos de Frijoles, casi todo está sembrado en laderas y fincas con terrenos inclinados, por lo que al llover el agua se escurre y no daña las plantaciones y las vainas donde se desarrolla el grano.

Según proyecciones de los agricultores, las últimas precipitaciones  favorecerán el incremento de rendimientos agrícolas, por lo que la cosecha de primera podría salir a finales del mes de julio o a inicios de agosto.

Periodista: Pablo López