El subsecretario general de Asuntos Humanitarios de la ONU, Martin Griffiths, pidió hoy determinación colectiva para una rendición de cuentas por la tragedia del conflicto en Gaza. A propósito del sexto mes del estallido, el alto funcionario advirtió de la indignación colectiva por el costo del conflicto ante la aparente falta de acción y la impunidad.
«Cada día, esta guerra cobra más víctimas civiles. Cada segundo que continúa siembra las semillas de un futuro tan profundamente oscurecido por este conflicto implacable», agregó. Griffiths lamentó que a pesar de los llamados para el alto al fuego exista la perspectiva desmesurada de una mayor escalada en Gaza, «donde nadie está a salvo y no hay ningún lugar seguro adonde ir».
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Una operación de ayuda ya frágil sigue viéndose socavada por los bombardeos, la inseguridad y las denegaciones de acceso, aseveró.
Sus comentarios coinciden con los del secretario general, António Guterres, quién elevó sus críticas contra Israel el viernes por la forma en que dirige el conflicto. En una comparecencia ante los medios, el máximo responsable del organismo rechazó las denegaciones de acceso, los ataques contra civiles y contra el personal humanitario.
El alto representante pidió investigaciones independientes y cambios significativos y mensurables sobre el terreno al calificar como terrible el asesinato esta semana de siete trabajadores humanitarios de la ONG World Central Kitchen en una serie de ataques coordinados. El problema esencial, dijo al respecto, no es quién cometió los errores, sino la estrategia y los procedimientos militares vigentes que permiten que esos errores se multipliquen una y otra vez.
A juicio del máximo responsable de la ONU, las dramáticas condiciones humanitarias requieren un salto cualitativo en la entrega de ayuda vital: un verdadero cambio de paradigma. Guterres insistió en sus llamados para un alto al fuego humanitario inmediato, la liberación incondicional de todos los rehenes, la protección de los civiles y la entrega sin obstáculos de ayuda humanitaria.
Todas esas demandas deben implementarse. El fracaso sería imperdonable, remarcó. Seis meses después, estamos al borde: de una hambruna masiva; de conflagración regional; de una pérdida total de fe en los estándares y normas globales, alertó además.
Fuente/ Prensa Latina