El lago Sawa, ubicado en la gobernación de Mutana, en el sur de Irak, se ha secado por primera vez en varios siglos debido a la escasez de agua provocada por una combinación de mala gestión por parte de los inversores locales, la negligencia del gobierno y el cambio climático.

Este cuerpo de agua, formado sobre sedimentos de roca caliza y formaciones de yeso, tiene una elevación de 5 metros sobre el nivel del mar y mide alrededor de 4,5 kilómetros de largo por 1,8 de ancho. A pesar de que ningún curso de agua entra ni sale del lago, estudios han demostrado que el Sawa se alimenta de fuentes de aguas subterráneas provenientes de un sistema de grietas y fisuras. Asimismo, puede recibir agua de lluvia procedente de los valles circundantes.

De acuerdo con expertos citados el lunes por AP, el lago no se ha secado por completo; sin embargo, explicaron que la falta de líquido de este año se debe a la excavación de pozos ilegales en algunas fábricas aledañas por parte de empresarios. La situación fue ocasionada por las recientes sequías, así como por la disminución de los niveles de agua del río Éufrates.

No obstante, un poco de agua comenzó a reaparecer en el lago a principios de junio cuando los agricultores concluyeron la temporada de cosechas y dejaron de desviar el agua subterránea.

El asesor del Ministerio de Recurso Hídricos, Aoun Diab, aseguró que cerrar los pozos ilegales y otras medidas de protección podrían haber revertido el deterioro del lago Sawa, pero estas medidas hubieran afectado de forma directa los intereses económicos de los funcionarios locales.

El ministerio aseveró que los niveles de agua han disminuido en un 60 % en comparación con el año anterior. «La degradación del agua comenzó hace más de diez años, pero este verano fue la primera vez que perdimos todo el humedal», señaló el activista ambiental Laith Ali al Obeidi, que añade que la situación del lago Sawa es «un estudio de caso para el cambio climático en Irak«.

Fuente: RT en Español