La hidroeléctrica Mazar del Ecuador ha cesado sus operaciones, sumiendo al país en una tensa situación energética caracterizada por cortes de electricidad que alcanzan hasta 10 horas. Este cierre se produce en un contexto de crisis, donde la escasez de agua en el embalse que abastece a la planta ha generado serias complicaciones para la generación de energía.

El embalse presenta niveles críticos, situándose por debajo de los 2 mil 115 metros sobre el nivel del mar, lo que ha dejado al descubierto lodo y sedimentos perjudiciales para las turbinas generadoras. Esta situación obligó a las autoridades a paralizar las operaciones de la hidroeléctrica, a pesar de que había estado funcionando hasta el martes pasado.

Hasta el momento, el Gobierno ecuatoriano no ha emitido un pronunciamiento oficial sobre la situación. Sin embargo, la ministra del Ambiente, Inés Manzano, ha hecho promesas sobre la transformación de la matriz energética del país, asegurando que se ejecutarán proyectos de energías renovables para garantizar la sostenibilidad y la soberanía energética en el futuro.

La Presidencia del Ecuador ha destacado el compromiso de Manzano en liderar esta transformación, señalando que el país ha estado dependiendo de las lluvias para un 72 por ciento de su energía. Esta dependencia ha llevado a una situación donde los embalses de las centrales hidroeléctricas han alcanzado mínimos históricos, cubriendo aproximadamente un 70% de la demanda nacional.

El panorama energético en Ecuador sigue siendo preocupante, y muchos ciudadanos no tienen fe en que se produzcan mejoras a corto plazo. Las promesas gubernamentales contrastan con la realidad de cortes prolongados y la inestabilidad en la generación eléctrica, lo que deja a la población en una situación de incertidumbre.

Fuente: teleSUR