La isla de Martinica, un departamento francés de ultramar en el Caribe, enfrenta fuertes protestas debido al creciente descontento de los residentes por los altos precios de los alimentos y el costo de la vida. Un informe de Le Monde indica que los disturbios han llevado a la imposición de un toque de queda en la isla. Según estudios recientes, en 2022 los precios de los alimentos en Martinica fueron un 40 % más altos que en Francia, lo que ha generado frustración entre la población local.

Los disturbios han alcanzado su punto más crítico en Fort-de-France, la capital de Martinica, donde un restaurante McDonald’s fue incendiado, dejando a varios empleados sin empleo. Además, un grupo de 50 personas atacó un hipermercado de Carrefour, levantando barricadas en su aparcamiento. Estos actos de violencia han agravado la situación de inestabilidad en la isla.

El prefecto regional informó que, desde el inicio de las manifestaciones, 44 vehículos han sido incendiados y 35 locales comerciales han sido atacados. Las fuerzas del orden han respondido con 15 detenciones, aunque los disturbios continúan. Ante esta situación, el Gobierno ha enviado un escuadrón de la Gendarmería, compuesto por un centenar de oficiales, para reforzar la seguridad en la región.

El impacto de los disturbios no se ha limitado a los daños materiales. Más de 11 policías han resultado heridos en el intento de contener la violencia. Las autoridades locales temen que los disturbios sigan escalando, mientras la población sigue exigiendo medidas que alivien el costo de vida en Martinica.

Estos disturbios en Martinica se suman a los conflictos recientes en otros territorios franceses de ultramar, como Nueva Caledonia, donde las protestas también estallaron este año debido a un controvertido proyecto de ley que busca ampliar el electorado. Las tensiones en ambas regiones reflejan el creciente descontento en los territorios ultramarinos franceses.

Fuente: RT