Un entierro masivo de más de 300 cuerpos ha sido descubierto en la ciudad británica de Oldham, cerca de Mánchester. La fosa común contiene los restos de 146 bebés nacidos muertos, 128 bebés y niños pequeños, y 29 adultos. El hallazgo fue posible tras la investigación de una mujer que buscaba a sus hermanos gemelos fallecidos en 1962, uno de los cuales nació muerto y el otro murió pocas horas después de nacer.

La mujer que realizó la búsqueda descubrió que uno de sus hermanos estaba en la fosa común, junto con cientos de otros cuerpos. Al conocer la noticia, la mujer expresó un profundo dolor y un sentido de injusticia. La concejala Maggie Hurley calificó el caso como uno de los más desgarradores a los que se ha enfrentado y describió la escena como un montón de cuerpos apilados sin divisiones, en una práctica que se extendió hasta la década de 1980.

El Consejo de Oldham informó que este tipo de entierros sin marcar era común en el pasado, aunque hoy en día se aplican medidas más respetuosas, con el gobierno cubriendo los costos de los funerales de bebés y jóvenes. La líder del Consejo, Arooj Shah, destacó los cambios positivos en las políticas funerarias desde entonces, asegurando que ya no se usan tumbas públicas para estos entierros.

La organización benéfica Sands explicó que, antes de mediados de la década de 1980, los padres de bebés nacidos muertos no solían participar en los arreglos funerarios, y en muchos casos, los cuerpos eran sepultados sin su conocimiento en tumbas compartidas con otros bebés.

Fuente: RT