Con la imposición de restricciones en varias ciudades, las autoridades chinas tratan de evitar que se expanda el peor brote de covid-19 que registra el país desde que la enfermedad fue detectada.
En Shanghái, las autoridades intentan evitar una cuarentena generalizada, por lo que han decidido establecer confinamientos en algunos complejos residenciales en los que hay casos confirmados o sospechosos. Allí los residentes reciben comida y otros elementos básicos por encima de las rejas o por debajo de las puertas.
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Las cifras no son elevadas, tanto Shanghái como el resto del país enfrentan el peor registro de infecciones desde el surgimiento del covid-19, con más de 14.000 contagios en las últimas diez semanas, número que supera el detectado durante de todo el año pasado.
En total, ya son más de 50 millones las personas confinadas en el país. Además de las de Jilin, hay 17,5 millones de personas en la misma situación en Shenzhen y 10 millones en la ciudad sureña de Dongguan.
Fuente: RT en Español