Max Verstappen ganó el GP de Japón, por encima de Lando Norris y Oscar Piastri, convirtiéndose en el primer piloto de la historia con 4 victorias consecutivas en Suzuka, rompiendo registros como el de Michael Schumacher en los años 2000-2002. Este logro no representa, sin embargo, el mayor hito de la jornada.

El mensaje más apremiante de Verstappen a sus rivales fue un paso más allá; una reedición de lo visto el año pasado en Monza, con McLaren atrapada en sus diatribas, dudando sobre dar prioridad a uno o a otro. «Lando debería irse pronto porque creo que tengo el ritmo para alcanzar a Max«, dijo Piastri por radio a falta de 12 vueltas, tras una carrera de desgaste, tan cerca y tan lejos, con los neumáticos duros igualados a 1,5 segundos de margen. Verstappen gobernaba la situación sin mayor novedad, vio la bandera a cuadros y asestó un duro golpe en la moral de McLaren.

A casi 14 segundos de la cabeza, sin opción alguna de podio, Charles Leclerc dio el cuarto puesto a Ferrari. Hubo demasiada tierra baldía también en torno a George Russell y Andrea Kimi Antonelli, quinto y sexto con Mercedes, por no mencionar a Fernando Alonso, undécimo, o Carlos Sainz, decimocuarto.

La batalla más vibrante la libraron Pierre Gasly y Alonso, casi en paralelo durante media vuelta desde la curva 2. El australiano acechó al líder de Alpine hasta completar una espectacular maniobra a la salida de la curva 130R. Tras sus dos intentos previos, la premisa para Alonso era alcanzar la meta, pero quedaba claro que no iba a andarse con miramientos.

Lewis Hamilton, con el paso cambiado y neumáticos duros, el heptacampeón se deshizo de Isack Hadjar al final de la recta de meta.

Sainz también tuvo que estirar su relevo, acumulando giros y adaptándose a un coche que aún no considera suyo. Casi desde el inicio, había perdido la decimoquinta plaza ante Nico Hülkenberg.

Periodista: Enrique Manzanarez