Muy contenta y más tranquila se mostraron Dominga Calero y su hija, Gloria Mairena, después que esta última se inmunizó voluntariamente contra el COVID-19 con la vacuna Sputnik-V de Rusia. “Físicamente me siento bien y emocionalmente alegre porque nos han priorizado a nosotros los de hemodiálisis”, dijo Mairena.
Gloria de 35 años de edad padece de infección renal crónica y desde hace cuatro años le realizan hemodiálisis en el hospital escuela Antonio Lenin Fonseca. Ella al igual que otros pacientes crónicos fueron los primeros en ser vacunados contra el virus que ha causado miles de muertos alrededor del mundo. “Estamos más seguros, ya no vamos a estar en riesgo”.
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Calero explicó que siente más paz porque su hija está protegida contra el virus, más aún cuando ella tiene que cuidar, “ver crecer a sus hijos que están pequeños”, enfatizó la mamá de Gloria.
El próximo 23 de marzo a Gloria le aplicarán la segunda dosis de la vacuna, mientras el personal del centro de salud Carlos Rugama, del distrito cinco de Managua, llega hasta su vivienda a darle seguimiento que le garanticen su bienestar.
Periodista: Celia Méndez