Para los pueblos indígenas y movimientos sociales de América Latina, el 12 de octubre se conmemora el inicio de la invasión, el saqueo y la colonización forzada por parte de la Corona española hacia los pueblos originarios.

La cultura española no fue «introducida» en América de forma orgánica, sino que formó parte de una estrategia de colonización marcada por la expoliación y la imposición de una fe desconocida para los habitantes originarios, quienes poseían sus propias creencias y una organización social con notables posibilidades de desarrollo social, político, económico y cultural.

Lo que muchas veces se ha presentado como un mestizaje enriquecedor, esconde una historia de violencia y saqueo que no puede ser ignorada.

A través de la imposición del sistema colonial, miles de indígenas fueron asesinados, esclavizados y despojados de sus tierras, y con ellos, gran parte de su identidad y cosmovisión.

A cinco siglos del arribo de los españoles al continente americano, la resistencia indígena no es solamente un capítulo de la historia universal, pues es la realidad de múltiples comunidades que día a día luchan por defender sus territorios frente a las amenazas de la minería, la tala ilegal, el agronegocio y los megaproyectos que intentan devastar la Amazonía y otros territorios indígenas.

Por lo tanto, a ello se suman, además, los efectos causados por el cambio climático, como las sequías y los incendios forestales que actualmente azotan a diversas naciones del sur americano.

De modo que la resistencia indígena no apela solamente al derecho a la memoria histórica, sino que defiende el elemental derecho a la protección y desarrollo de la vida en comunidades pacíficas.

Fuente: teleSur