El «golpe» contra el proyecto de AMLO en México vendría de los grandes poderes económicos de EE.UU.
La publicación de reportajes en Estados Unidos que vinculan sin pruebas al presidente Andrés Manuel López Obrador con el narcotráfico, así como la filtración de números telefónicos de la candidata presidencial del oficialismo, Claudia Sheinbaum, podrían constituir ‘un golpe blando’ que pretende debilitar al proyecto del ‘obradorismo’.
No sería la primera vez que desde la nación norteamericana se gesten ataques mediáticos o hasta judiciales contra figuras latinoamericanas que contravienen a los intereses de Washington, señala en entrevista con Sputnik Rafael Barajas El Fisgón, analista político, caricaturista y director del Instituto de Formación Política del partido oficialista Morena.
«Estamos ante una estrategia muy utilizada en América Latina en la que participan grupos de derecha locales, grupos de la derecha internacional e incluso organismos de Estados Unidos (…) contra todos los gobiernos progresistas de la región», apunta Barajas.
Según él, se trata de «el intento de un golpe mediático que suele ser el preludio de una guerra judicial».
Para Barajas, es la misma estrategia que se siguió en el pasado contra figuras como Cristina Kirchner, Rafael Correa, Lula da Silva, Dilma Rousseff y Evo Morales, entre otros líderes latinoamericanos.
«Esto corresponde de manera muy clara a los primeros pasos de un golpe blando, que es lo que suelen manejar estos grupos de interés, estamos frente a eso, está muy claro, y los pasos están dados«, observa.
Un golpe mediático en fases
El pasado 31 de enero, tres medios internacionales —Pro Publica, Deutsche Welle e Insight Crime— publicaron notas, citando fuentes de la DEA, que señalaban que grupos del crimen organizado supuestamente aportaron dinero a la campaña del presidente López Obrador en 2006. La publicación de estos reportajes dio pie a una campaña en redes sociales en la que los hashtags #narcopresidenteAMLO y #narcocandidataClaudia y otros similares fueron reproducidos millones de veces.
Dos semanas, después, el 15 de febrero, el portal mexicano Latinus —opositor a López Obrador— público una entrevista con un presunto líder criminal local, en la que este hombre, apodado El Ardillo, afirmó que organizaciones del narcotráfico dieron dinero y favorecieron a la campaña de López Obrador en 2006.
Después, el 22 de febrero el diario The New York Times publicó una nota en la que señala que el cártel de Sinaloa y otros grupos criminales entregaron recursos a la campaña de López Obrador e incluso se reunieron con los hijos del mandatario y con personas cercanas a él antes y después de ser electo presidente en 2018.
Poderes económicos afectados
Ingrid Urgelles Latorre, abogada y analista política, señala en entrevista con Sputnik que no necesariamente el Gobierno de Joe Biden está detrás de este intento de golpe, sino más bien los que actúan tras bambalinas son los grandes poderes económicos y empresariales que se han visto afectados por las políticas implementadas en la Administración de López Obrador.
«Estamos en un mundo donde el capitalismo es extractivo y, por lo tanto, quienes controlan los grandes poderes son las grandes trasnacionales extractivas. No es que Biden quiera desestabilizar México; es que probablemente hay temas económicos, como el maíz, pero también temas energéticos o de minería, que son los que sí son más importantes», considera Urgelles.
«Latinoamérica ha sido permanentemente territorio de expolio de recursos naturales y, cuando hay gobiernos progresistas más o menos de izquierda que intentan ponerle atajos a ese extractivismo, surgen todos estos golpes blandos«, explica la académica, doctora en literatura por la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Hay que preguntarse, dice Urgelles, quién pierde en el mundo con un gobierno que pone obstáculos al maíz transgénico y a las concesiones de mineras a cielo abierto, y que, en cambio, pugna por un programa de recuperación de recursos naturales, sobre todo energéticos.
«Nada de eso le conviene a estos grandes poderes económicos», puntualiza la analista.
Para Barajas, autor de más de 20 obras sobre política en México, las filtraciones de las acusaciones a López Obrador a los medios emergieron de un sector de la DEA que, según él, irritado porque «este Gobierno [de López Obrador] les puso límites».
Pero, además, indica Barajas, podría estar implicada la derecha internacional con vínculos en España, la cual, a su vez, tiene conexiones cercanas con algunos grupos conservadores estadounidenses, dice.
«Hay otro actor, que es el que me parece más evidente, pero del que se habla menos, que es la Usaid y la National Endowment for Democracy (NED), es decir, el Departamento de Estado», acusa.
Asimismo, considera que está suficientemente documentada la relación entre la NED y grupos de oposición en México, como la organización Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad, fundada por el empresario Claudio X. González y dirigida actualmente por la académica María Amparo Casar.
Objetivo a largo plazo, ¿debilitar a Sheinbaum?
De acuerdo con Barajas, estos «golpes blandos» pretenden influir en la elección de junio próximo, ya que la candidata de la oposición, Xóchitl Gálvez, está muy abajo en las encuestas, detrás de Claudia Sheinbaum, según todas las encuestas de preferencia del voto de las últimas semanas.
«Lo que se busca es revertir esta tendencia. Influir en la elección y que el triunfo del movimiento obradorista no sea tan apabullante«, afirma Barajas, en relación con la pretensión de Morena y sus aliados de obtener la Presidencia de la República y una mayoría calificada en el Congreso en las elecciones del 2 de junio.
Para él, más allá del resultado electoral, lo que también se pretende es sentar la narrativa de que las próximas elecciones serán «elecciones de Estado» supuestamente ilegítimas. «Esto les va a permitir un golpeteo constante al siguiente gobierno», advierte.
«Es una estrategia que les permite ganar, cualquiera que sea el resultado, (…) sembrar la duda en el resultado electoral; un intento por debilitar desde las elecciones al próximo gobierno de Claudia Sheinbaum, que todo indica que va a ser presidenta», añade.
Urgelles coincide en que sería absurdo buscar que Sheinbaum pierda la elección del 2 de junio, cuando todas las encuestas muestran una amplia ventaja de la candidata oficialista. Ella considera que estos golpes buscan que Sheinbaum probablemente llegue a la silla presidencial de forma debilitada y con el terreno puesto para una eventual batalla judicial.
«Recordemos que aquí tenemos una Corte Suprema totalmente de la oposición y que es bastante sencillo que ellos puedan empezar una operación del lawfare como se lo han hecho a Petro, a Dilma y, por lo tanto, yo estoy pensando más en el gobierno de Claudia ya instalado y con miras al 2030″, comenta Urgelles.
«Eso es un peligro para México porque, si se logra un golpe contra Claudia Sheinbaum y si logran debilitar a su [eventual] gobierno, lo que veremos será una cuestión espantosa», advierte la académica.
La filtración de teléfonos y la ‘guerra sucia’
El 22 de febrero, el presidente López Obrador leyó en su conferencia de prensa una carta enviada por la corresponsal de The New York Times en México, Natalie Kitroeff, en la que la reportera pedía la postura de la presidencia de México sobre la nota que lo vinculaba con el narcotráfico.
El mandatario mexicano dijo que la información era falsa y calumniosa y lo dañaba a él y a su familia. Al leer la carta, López Obrador dio a conocer también el número telefónico de Kitroeff, lo que le valió críticas de la oposición y en redes sociales por supuestamente violar la legislación sobre protección de datos personales en México. Incluso, la vocera de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, comentó al día siguiente que la Casa Blanca no apoyaba la difusión de datos personales de los periodistas y se pronunció a favor de la libertad de prensa.
Para Ingrid Urgelles, el tema del teléfono es «menor» respecto a la gravedad de lo publicado por el diario estadounidense.
«El tema del teléfono que es algo mucho menor en esta discusión», señala la especialista, para quien es más importante debatir sobre la presunta injerencia estadounidense en asuntos internos de México que sobre el teléfono privado de una corresponsal, quien, a diferencia de muchos periodistas mexicanos en situación de vulnerabilidad, se encuentra en una posición de cierto «privilegio», dice la abogada.
De acuerdo con Urgelles, esta polémica termina por servir a la oposición mexicana porque, en el fondo, desvía la atención hacia algo que no es tan relevante, cuando el tema más grave en juego, dice, es el de los intereses extranjeros de México.
«Yo entiendo: que te develen el teléfono puede ser incómodo, desagradable, pero no estamos hablando de la intervención de un gobierno y de la soberanía de un país», afirma Urgelles.
Para Barajas, el escándalo por la difusión del teléfono de la periodista fue una operación tipo spin doctor.
«Se dan cuenta que se les cae el reportaje del New York Times y, entonces, retoman [el tema del] teléfono de la reportera, el cual, hasta donde yo sé, era público. No sé si Andrés [Manuel López Obrador] lo sabía, no sé si fue un descuido, pero lo que quieren es centrar la atención del reportaje en el hecho de que se filtró el teléfono y no en el hecho de que el reportaje dice puras mentiras y es totalmente insustancial», observa el analista.
Fuente/Sputnik Mundo