El año pasado Jordi Cruyff después de perder 2-0 en Múnich en la primera jornada de la fase de grupos, que el Barça había mandado un mensaje a Europa. Perdiendo, aunque sea contra ese ogro que es el Bayern, no se manda ningún recado a nadie. El tiempo le dejó mal con aquella eliminación a las primeras de cambio. Anoche, sin embargo, por más que el Amberes deambule por el puesto 73 del ranking UEFA, el Barça volvió a reconocerse como un equipo mandón en Europa y firmó un 5-0 que va más allá del marcador en sí. El Barça enseña progresos futbolísticos que el año pasado parecían imposibles.
Entre otras cosas, porque no tenía talentos como João Felix. Es pronto para decir dónde va llegar el portugués, porque su currículo, de momento, le delata, Pero nadie puede negarle que, de momento, es la sonrisa del Barça.
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Disfrutando el fútbol como hace tiempo no pasaba
Subir a Montjuïc, con sus incomodidades, que no son tantas, empieza a ser un ejercicio altamente recomendable para la salud del culé, que después de un año midiendo su frecuencia cardiaca para terminar de volver a agarrar la Liga entre 1-0 y 0-1, está disfrutando del fútbol como hace tiempo que no pasaba. Ganar importa, pero el cómo pesa mucho en el ánimo del barcelonismo, que ha hecho bandera de un estilo y que se enorgullece presumiendo de una manera de hacer. Por eso, el Lluís Companys disfrutó del estruendo que su Barça provocó entre los minutos 11 y 22; y en los que su equipo edificó la primera victoria de la fase grupos.
Como ante el Betis, la bandera la cogió João Félix, que volvió a sacarse de la chistera el 1-0 con la sencillez de los grandes. Recibió en su posición favorita, se perfiló y definió al rincón derecho. Un gol tan simple como bueno que dio paso a un calentón que aprovecharon un mejorado Lewandowski (100 goles en Europa, leyenda) y Raphinha (con la ayuda de Bataille) para hacer el 3-0. Xavi miró complacido desde el área técnica. El primer compromiso europeo ya estaba resuelto.
Al Barça le había costado ponerse en el campo porque, en ausencia de Oriol Romeu, no controló el juego entre líneas en los primeros minutos. Pero eran fuegos de artificio. Gündogan, De Jong y Gavi son jugadores de gama alta; y el Amberes, pese a no dar la sensación de equipo entregado como el Betis el pasado sábado, se vio obligado a bajar el telón demasiado rápido. Con 3-0 en el minuto 22, tenía 70′ más quince del descanso para saber exactamente qué pretendía sacar de su noche en Barcelona. Y, como mucho, era no salir goleado.
Fuente: Diario AS