Fallece a los 98 años, Ignacio López Tarso, una figura central del cine mexicano
El actor mexicano Ignacio López Tarso murió a los 98 años en la Ciudad de México. Su papel más famoso fue el que interpretó en «Macario», la primera película mexicana en haber sido nominada a un Premio Oscar. Era el actor más longevo de América Latina y el más importante de México.
Figura central del cine mexicano desde su colaboración en 1960 con el cineasta mexicano Roberto Gavaldón, quien lo dirigió en Macario, López Tarso acumuló más de 100 trabajos en su carrera en el cine y la televisión, además de su constante aparición en las tablas del teatro.
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También era miembro de la Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas de Hollywood. El Gobierno de México ya ha anunciado que le realizará un homenaje póstumo. «Su trayectoria será referente en la historia del arte escénico del país», señaló el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).
El intérprete, nacido en la Ciudad de México el 15 de enero de 1925, debutó en el cine en 1954, a los 29 años, mediante su aparición en la película La desconocida, dirigida por Chano Urueta y con base en una historia del escritor español Max Aub, exiliado en México a razón de la dictadura que impuso Francisco Franco en su país natal tras triunfar en la Guerra Civil.
Sin embargo, de acuerdo con una ficha elaborada por la Secretaría de Educación Pública (SEP) mexicana, López Tarso tuvo su primer acercamiento al ámbito dramatúrgico a los ocho años, cuando sus papás lo llevaron a una función del llamado teatro de carpa, representación artística entre las clases populares del país latinoamericano.
En 1949, cuando tenía 24 años, el joven se inscribió en la Escuela de Teatro de Bellas artes, donde convivió con algunas de las mejores plumas de la literatura mexicana de entonces, como los poetas y dramaturgos Xavier Villaurrutia y Salvador Novo.
También se formó bajo la instrucción de Celestino Gorostiza, Francisco Monterde, Clementina Otero y Fernando Torre Laphane. Ahí se incorporó al grupo Teatro Estudiantil Autónomo, que presidía Xavier Rojas.
Tras su debut cinematográfico, a López Tarso le tocó participar en proyectos artísticos de algunos de los más grandes nombres del llamado séptimo arte mexicano, como Luis Buñuel, con quien colaboró en su adaptación de la novela de Benito Pérez Galdós Nazarín, estrenada en 1959.
El actor aportó su talento a las adaptaciones cinematográficas de los clásicos literarios mexicanos La sombra del caudillo, de Martín Luis Guzmán, y El gallo de oro, de Juan Rulfo, cuyas películas recibieron la visita del público en 1960 y 1964, respectivamente.
López Tarso también figura en las adaptaciones cinematográficas del clásico más grande de Rulfo, Pedro Páramo, de 1967, y La vida inútil de Pito Pérez, novela de nueva picaresca ocurrida en Michoacán y escrita por José Rubén Romero, cuya tercera versión en celuloide se estrenó en 1970.
En su variopinta trayectoria, López Tarso también trabajó bajo el criterio artístico del director teatral y de cine Alejandro Jodorowsky, exiliado chileno que escandalizó a la Secretaría de Gobernación, entonces a cargo de vigilar la escena artística de México, por sus performances con huevos, harina, cabezas de animales, gallinas, serpientes y otras rarezas.
Algunos de los nombres de la plana mayor de directores de cine mexicanos contaron con López Tarso entre sus elencos, como Luis Alcoriza, Julio Bracho y Jorge Fons.
Luego de la Segunda Guerra Mundial y con las economías europea y estadounidense seriamente comprometidas por el conflicto, a partir de la década de 1940 el cine mexicano alcanzó una relevancia mundial, pues sin las afectaciones del choque bélico pudo seguir produciendo películas, cuya distribución incluso alcanzó territorios lejanos como la entonces integrada Yugoslavia.
Esta circunstancia permitió el surgimiento de grandes figuras, como la primera actriz María Félix, el fotógrafo Gabriel Figueroa y el director Emilio El Indio Fernández, en una época que coincidió con el ascenso profesional de López Tarso.
En teatro, el actor interpretó clásicos históricos como Macbeth de William Shakespeare, Edipo Rey de Sófocles o El avaro, de Moliere, y entre otros autores del acervo universal, como Lope de Vega o Pedro Calderón de la Barca.
Además de su desempeño artístico, López Tarso luchó por los derechos laborales y sindicales de la comunidad de actores y directores de cine de México. También fue diputado federal entre 1988 y 1991, donde desempeñó tareas legislativas vinculadas a la cultura. Siempre se declaró simpatizante y militante del Partido Revolucionario Institucional (PRI), la fuerza política que gobernó en el país latinoamericano durante más de 70 años.
López Tarso fue galardonado por el Gobierno de México en 2015 con el Premio Nacional de Ciencias y Artes.
Fuente: Sputnik Mundo