Katy Perry y Orlando Bloom se conocieron en una fiesta posterior a los Globos de Oro en 2016. A pesar de la conexión inicial, se separaron un año después cuando Orlando decidió asistir al retiro Hoffman Process, lo que les llevó a buscar caminos distintos. Durante ese tiempo, Perry sintió la necesidad de trabajar en sí misma, mientras Bloom ya estaba enfocado en un estilo de vida más comprometido.

En una entrevista reciente, Katy explicó cómo, al principio, no estaba lista para una relación seria y cómo la dinámica de «empuje y atracción» los llevó a distanciarse. Orlando, por su parte, ya había superado esa fase después de su retiro y buscaba estabilidad emocional, lo que a Katy le pareció aburrido en ese momento.

Después de un año de separación, Katy decidió asistir al mismo retiro de Hoffman, lo que marcó un punto de inflexión en su vida. La cantante reflexionó sobre cómo el retiro y la meditación la ayudaron a reconectar con su verdadero yo y a establecer una conexión más profunda entre su cabeza y su corazón, lo que fue clave para su crecimiento personal.

Cuando la pareja se reencontró, Katy mostró su lado más vulnerable a Orlando. A pesar de ello, él la aceptó plenamente, lo que le hizo darse cuenta de que él era el hombre adecuado para ella. Este apoyo incondicional consolidó su relación, llevando a la pareja a trabajar en su futuro juntos.

Hoy en día, Katy y Orlando, quienes son padres de una hija de cuatro años, asisten a terapia de pareja para fortalecer su relación. Ambos ven este trabajo como una oportunidad para evolucionar y criar a su hija de la mejor manera posible, enfrentando los desafíos juntos y avanzando a nuevos niveles en su vida en común.

Fuente: Quién