Un grupo de científicos realizó un estudio de la atmósfera de la Edad de Hielo para pronosticar mejor la probabilidad de diferentes escenarios del cambio climático. Ahora tienen una visión más clara de que sucederá con el clima de nuestro planeta.
A medida que el dióxido de carbono se acumule en la atmósfera, la Tierra se calentará más. Pero aún no se sabe con exactitud cuánto calentamiento provocará un determinado aumento de CO₂. La relación entre el dióxido de carbono y el calentamiento, conocida como sensibilidad climática, determina qué futuro debemos esperar si los niveles de este gas siguen aumentando.
Una nueva investigación dirigida por la Universidad de Washington analiza la era glacial más reciente, cuando una gran franja de Norteamérica estaba cubierta de hielo, para comprender mejor la relación entre el CO₂ y la temperatura global.
«La principal contribución de nuestro estudio es la reducción de la estimación de la sensibilidad climática, lo que mejora nuestra capacidad para hacer proyecciones de calentamiento futuro», afirma el autor principal, Vince Cooper, citado por Phys.org.
Añade que al observar cuánto más fría era la Tierra en el pasado lejano, con niveles más bajos de gases de efecto invernadero, se puede estimar cuánto más cálido será el clima actual con niveles más altos de gases de efecto invernadero.
El nuevo informe no cambia la hipótesis más optimista de calentamiento si se duplica el CO₂, un aumento medio de la temperatura mundial de unos 2 °C, ni la estimación más probable, que es de unos 3 °C. En cambio, reduce en un grado el peor escenario posible, de 5 a 4 °C.
Cooper explica que el registro paleoclimático incluye largos periodos que fueron, por término medio, mucho más cálidos o fríos que el clima actual, y se sabe que durante esos periodos se produjeron grandes forzamientos climáticos debidos a las capas de hielo y a los gases de efecto invernadero.
«Si sabemos aproximadamente cuáles fueron los cambios de temperatura en el pasado y qué los causó, entonces sabremos qué esperar en el futuro», manifiesta.
Para el nuevo estudio, los autores combinaron registros climáticos prehistóricos, incluidos sedimentos oceánicos, núcleos de hielo y polen conservado, con modelos informáticos del clima de la Tierra para simular el tiempo del Último Máximo Glacial.
«No cambia realmente el extremo inferior, ni la estimación media, que siguen siendo coherentes con todas las demás líneas de evidencia», afirma Kyle Armour, uno de los autores.
Fuente/ Sputnik Mundo
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