El sacerdote indígena mexicano Marcelo Pérez fue asesinado a tiros este domingo en San Cristóbal de las Casas, Chiapas. Su muerte ha dejado una profunda herida en la comunidad, que lo conocía como un activista de los derechos humanos comprometido con las causas sociales de los pueblos indígenas. Pérez fue atacado dentro de su camioneta, poco después de celebrar una misa en el templo de Guadalupe.

El funeral del sacerdote reunió a decenas de personas, quienes cargaron su ataúd y exigieron justicia por este crimen que ha conmocionado a la sociedad local. La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, lamentó el suceso y anunció que las investigaciones están en marcha, con contacto establecido entre la Secretaría de Gobierno y las autoridades locales.

El Centro de Derechos Humanos Minerva Bello condenó el homicidio, señalando que su partida representa una enorme pérdida para las causas justas en Chiapas. La ONG exhortó al Estado mexicano a investigar estos hechos para que no queden impunes, resaltando la importancia de su labor en la defensa de los derechos de los pueblos.

La muerte de Marcelo Pérez es una tragedia para su familia y su comunidad, y un golpe a la defensa de los derechos humanos en el país. Su legado como sacerdote y defensor de las causas justas sigue vivo en quienes luchan por un futuro más equitativo. La comunidad espera que su sacrificio no sea en vano y que se tomen medidas para proteger a quienes se dedican a la defensa de la dignidad humana.

Fuente: teleSUR