Mientras el mundo observa cómo se aproxima el octavo mes del encarnizado conflicto palestino-israelí, los fabricantes de armas siguen obteniendo discretamente beneficios de la guerra en la Franja de Gaza. El sector de defensa nacional israelí no es una excepción.

Tanques israelíes se desplazan cerca de la frontera entre Israel y Gaza. ©Thomas Coex

Los medios de comunicación económicos estadounidenses han advertido sobre los «inquietantes paralelismos» entre los crecientes gastos militares de Israel en medio de la guerra en Gaza y la «década perdida» de 1970, con factores en común como una inflación galopante, déficits presupuestarios fuera de control, un estancamiento del crecimiento y una vacilante confianza de los inversionistas.


El Banco Central de Israel prevé que la guerra en Gaza costará unos 250.000 millones de séqueles (67.400 millones de dólares) hasta 2025, ya que el gasto en defensa como porcentaje del PIB pasará del 5,3% al 9%. En el cuarto trimestre de 2023, el PIB israelí se redujo más de un 20%, mientras que el consumo cayó un 27% y la inversión un 70%.

Sin embargo, mientras la economía civil se resiente, los fabricantes de armas israelíes no se quejan y presumen de beneficios récord, impulsados por el visto bueno de Washington a una nueva ayuda militar sin precedentes de 17.000 millones de dólares (más de cinco veces los más de 3.000 millones de dólares que Tel Aviv recibía anualmente de Estados Unidos desde principios de la década de 1980).

Una parte de los fondos puede gastarse en armas de fabricación israelí, un privilegio que no se concede a otros aliados de Estados Unidos, con aproximadamente 500 millones de dólares también destinados normalmente a la investigación conjunta israelí-estadounidense en defensa antimisiles.

IAI informó de un crecimiento del 7% en sus ventas hasta alcanzar los 5.300 millones de dólares en 2023, un aumento del 49% en su beneficio neto, con una producción que abarca desde drones, misiles, bombas, radares y artículos de guerra electrónica hasta defensas basadas en el espacio. Su cartera de pedidos se ha disparado hasta los 18.000 millones de dólares.

Vehículos de combate y tanques israelíes se desplazan cerca de la frontera entre Israel y Gaza ©picture alliance

Rafael, fabricante de los misiles Tamir para la Cúpula de Hierro y de otros misiles de defensa antiaérea y antitanque y aviones no tripulados, registró un aumento récord del 21% en las ventas y de un 85% en el volumen de pedidos, con unos beneficios netos de 158 millones de dólares, un 17% más que en 2022, y una cartera de pedidos de más de 14.000 millones de dólares.

Elbit, fabricante de gran parte de las «tripas» de las armas israelíes, además de drones, equipos de comunicaciones, armas ligeras, municiones de racimo y vehículos blindados, vio cómo sus beneficios se disparaban un 8% en 2023, con unos ingresos de casi 6.000 millones de dólares, y los resultados del primer trimestre de 2024 de esta semana muestran unos ingresos de 1.600 millones de dólares y una cartera de pedidos de 20.400 millones de dólares.

Fuente: Sputnik