Tras escapar de la violencia entre cárteles del narcotráfico en Chiapas, México, al menos 300 personas se encuentran refugiadas en comunidades remotas del norte de Guatemala. La huida se ha producido debido a la intensificación del conflicto en sus localidades de origen.

Los refugiados, provenientes de 36 comunidades en el municipio de Cuilco, Huehuetenango, enfrentan un arduo trayecto diario. Este comienza en una carretera agreste y peligrosa, dificultando su desplazamiento hacia los albergues temporales.

En uno de los cuatro albergues habilitados, se encuentran actualmente 166 personas de 41 familias, aunque algunos ya han regresado. La presencia del ejército en ciertas áreas ha contribuido a una disminución del número de desplazados.

Los residentes de Nuevo Amatenango, Chiapas, huyeron el 23 de julio debido al reclutamiento forzado y el fuego cruzado entre cárteles. Las amenazas y persecuciones por parte de organizaciones criminales han obligado a muchas familias a abandonar sus hogares.

La migración inversa destaca la situación de desplazados en Guatemala, donde familias en Petén llevan siete años en la frontera. Los campesinos locales luchan por la dignificación de su espacio vital, y se espera que los desplazados de Chiapas regresen a casa cuando se garantice su seguridad.

Fuente: teleSUR