Las autoridades federales nigerianas están a la espera de que termine el toque de queda en los Estados de Kaduna y Zaria, implementado para controlar las protestas antigubernamentales. La medida se anunció ayer, junto con una advertencia del jefe de seguridad de Kaduna, Samuel Aruwan, instando a los ciudadanos a quedarse en casa mientras las fuerzas de seguridad aseguran el orden.
Desde fines del mes pasado, Kaduna, Zaria y Lagos han sido el epicentro de protestas violentas. Los manifestantes se oponen al aumento del costo de vida y a la creciente pobreza, a pesar de los abundantes recursos petroleros de Nigeria, el segundo mayor productor de petróleo en África subsahariana.
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Los enfrentamientos han dejado al menos 13 muertos, con la policía utilizando gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes. Estos critican la mala gobernanza y la corrupción endémica que aquejan al país.
La crisis económica en Nigeria se agravó tras la asunción de Bola Tinubu a la presidencia, quien eliminó las subvenciones a los combustibles, provocando un aumento en los precios de los productos básicos y el costo de vida.
El Gobierno afirma que las protestas han sido infiltradas por criminales que saquean tiendas y destruyen propiedades. El Presidente Tinubu ha convocado una reunión urgente con los responsables de seguridad para abordar la crisis, que amenaza con extenderse a nivel nacional, en un contexto de conflictos internos y actividades del grupo islamista Boko Haram.
Fuente: Prensa Latina