Sanación de enfermedades, oportunidad de vida, entre otros innumerables testimonios de bendiciones, han llevado a la familia Amaya López, a celebrar durante 30 años, con fervor y devoción a la virgen de Guadalupe.

Los Amayas López, originarios de Jinotepe, Carazo, desde las primeras horas del día todos los 12 de diciembre, madrugan para desmenuzar carne, preparar el maíz y durante pasan las horas se dan a la tarea de preparar varios peroles de picadillo y el tradicional ajiaco, platillo típico de los jinotepinos, que lo acompañan con arroz y chicha de maíz.

Esto deliciosos alimentos son repartidos a más de 3 mil personas devotos de la Santísima Guadalupe.

Durante 30 años Doña Eva López, madre de cinco hijos a festejado a la virgencita morena, «mi madrecita milagrosa» la describe y desde entonces y espera cumplir su promesa de celebrarla hasta el último día de su existencia.

«A mis cinco hijos les he inculcado el amor a nuestra santísima virgen y nos reunimos todos los 12 de diciembre para celebrarla», detalla doña Eva López.

Esa celebración la hacen por todo lo alto con estallidos de cohetes, a eso de las 12 del mediodía para anunciar que ya está listo el almuerzo que previo a repartir bendicen los alimentos para que sea multiplicado y todo aquel que llegue a su vivienda lo deguste hasta más no poder.

A parte de los deliciosos platillos típicos entregan juguetes a los niños que acompañados con sus padres realizan fila para poder degustar de los alimentos que son preparados con amor y devoción por la familia Amaya López.

«Mis padres celebraban a la virgen desde hace 30 años y en mi caso desde hace 24 años, que mi madrecita linda me concedió el milagro de concebir a mi hija que en su honor lleva por nombre Guadalupe», indicó Martha Elizabeth López.

Javier Amaya López, es otro de los cinco hermanos, que se encarga de la logística para que hasta el más mínimo detalle sea cumplido para que las familias caraceñas disfruten y veneren con alegría a la virgencita Morena.

«Tradición de familia, todos unidos le cantamos a la guadalupana y el pueblo ya nos conocen que somos fieles devotos y que todos los años pueden venir a compartir con nosotros», dijo Javier López.

Al caer la tarde también reparten un delicioso nacatamal y desde este año se preparan para la próxima celebración, confiando en Dios y la Lupita les conceda vida para cantarle y celebrarla con mucha devoción.

Periodista: Jonathan Rivera